El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado recientemente su intención de acelerar la construcción de plantas de energía dedicadas a la inteligencia artificial, utilizando una declaración de emergencia. En un discurso virtual dirigido al Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, el mandatario subrayó la urgencia de esta iniciativa en el contexto de la competitividad global, especialmente en relación con China.
Trump afirmó que las nuevas instalaciones eléctricas no estarán sujetas a los objetivos climáticos que normalmente se imponen en estos proyectos. De hecho, sugirió que las plantas podrían recurrir al carbón como fuente de energía de respaldo en situaciones de emergencia, destacando la disponibilidad de este recurso en proximidad a las plantas.
Una emergencia energética nacional
Desde su primer día en el cargo, Trump declaró una emergencia energética nacional, lo que le permite a las agencias federales utilizar todas las autoridades de emergencia a su disposición para acelerar los proyectos de infraestructura energética. Esta medida busca no solo fomentar el desarrollo de la inteligencia artificial, sino también garantizar que Estados Unidos mantenga su liderazgo en esta industria emergente.
Un día después de su declaración, Trump presentó una asociación con OpenAI, Oracle y SoftBank para invertir miles de millones de dólares en infraestructura de inteligencia artificial a través de un proyecto denominado Stargate. Esta colaboración refleja un enfoque proactivo hacia la creación de un ecosistema que soporte la creciente demanda de energía de los centros de datos dedicados a la IA.
A medida que la demanda de energía de estos centros se prevé que aumente significativamente en los próximos años, las empresas tecnológicas han comenzado a explorar fuentes de energía alternativas. Aunque inicialmente se han centrado en la energía renovable para cumplir con sus objetivos de sostenibilidad, ha emergido un interés por la energía nuclear como una solución viable para satisfacer sus crecientes necesidades energéticas.
Los analistas también destacan que el gas natural jugará un papel crucial en la alimentación de la inteligencia artificial, debido a su abundancia y a su capacidad de despliegue más rápido en comparación con otras fuentes como la nuclear. En este contexto, Trump ha manifestado su deseo de que las plantas de energía se conecten directamente a los centros de datos, evitando así la dependencia de una red eléctrica que él considera obsoleta y vulnerable.
Sin embargo, esta propuesta ha encontrado resistencia por parte de algunas empresas de servicios públicos, que temen perder ingresos y advierten sobre posibles escaseces en el suministro eléctrico si se opta por desvincularse de la red. Este debate pone de manifiesto las tensiones inherentes a la transición energética y a la búsqueda de un equilibrio entre la innovación tecnológica y la sostenibilidad ambiental, donde las decisiones políticas juegan un papel fundamental.
