Un grupo de diplomáticos estadounidenses ha solicitado al gobierno de su país que se haga una excepción en los programas de ayuda relacionados con Ucrania, tras la decisión del presidente Donald Trump de suspender la mayoría de los programas de ayuda exterior de Washington. Esta suspensión podría poner en riesgo el apoyo a escuelas, hospitales y proyectos de infraestructura en Ucrania, aunque la asistencia militar se mantiene intacta.
El secretario de Estado, Marco Rubio, actuando en nombre del presidente Trump, emitió el pasado viernes instrucciones para suspender cualquier nuevo gasto en ayuda exterior durante un periodo de 90 días. Según un cable filtrado, los funcionarios de contratación y de subvenciones del Departamento de Estado y de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) fueron instruidos a “emitir de inmediato órdenes de paralización de trabajos… hasta que el secretario determine, tras una revisión”.
Desde entonces, varias organizaciones en Ucrania han recibido órdenes para detener sus operaciones hasta nuevo aviso. Sin embargo, USAID en Ucrania ha decidido en gran medida desafiar el decreto de Rubio, optando por no emitir órdenes de “paralización de trabajos” hasta recibir más aclaraciones desde Washington. Diplomáticos estadounidenses que abogan por la reactivación de la ayuda a Kiev esperan poder convencer a Rubio. Un correo electrónico enviado al personal de USAID en Ucrania indicaba: “No sabemos en este momento si esta solicitud será aprobada —en su totalidad o en parte—, pero hasta ahora hay señales positivas desde Washington”.
Impacto de la suspensión de la ayuda
La orden de Rubio pone en peligro el apoyo a proyectos de desarrollo de infraestructura, energía y economía en Ucrania, aunque no afecta a la asistencia militar estadounidense. Un funcionario del gobierno ucraniano, que prefirió permanecer en el anonimato, afirmó que “la ayuda militar a Ucrania está intacta. Al menos por ahora, y ciertamente no forma parte de esta congelación de 90 días”.
La pausa en la ayuda al desarrollo exterior de Estados Unidos fue anunciada por Trump el lunes, pocas horas después de su toma de posesión. Esta suspensión busca revisar la efectividad y la alineación de la ayuda con los objetivos de política exterior de Estados Unidos. Las únicas excepciones a esta medida son la financiación militar para Israel y Egipto, así como la ayuda alimentaria de emergencia. Ucrania no se incluye en esta lista de excepciones.
Desde febrero de 2022, Estados Unidos ha proporcionado más de 65 mil millones de dólares en ayuda militar a Kiev, según el Departamento de Estado. Sin embargo, Trump ha mostrado escepticismo respecto a esta asistencia, afirmando que Ucrania “ha tenido suficiente” y que es momento de alcanzar un acuerdo de paz con Rusia. Su equipo busca poner fin al conflicto entre Kiev y Moscú en un plazo de 100 días, amenazando a Rusia con más sanciones si no acepta negociar. Aunque Moscú se muestra escéptico respecto a este cronograma, ha señalado una disposición a participar en conversaciones.