El presidente bielorruso Alexander Lukashenko ha sido reelegido para un séptimo mandato, extendiendo su gobierno que ya supera tres décadas en el poder. Según encuestas de salida publicadas por los medios estatales bielorrusos, Lukashenko obtuvo un 87,6% de los votos en las elecciones celebradas el pasado domingo, mientras que ninguno de los otros cinco candidatos logró superar el 5% de apoyo.
Con este resultado, Lukashenko permanecerá en el cargo hasta 2030. Desde que asumió la presidencia en 1994, ha sido el único líder de Bielorrusia en la era post-soviética, sirviendo seis mandatos consecutivos. Su reelección ha suscitado críticas internacionales, especialmente tras las elecciones de 2020, donde fue acusado de fraude electoral, acusaciones que él ha negado rotundamente. Las protestas masivas que estallaron tras esos comicios llevaron a una represión significativa de la disidencia en el país.
Un régimen bajo la sombra de la dictadura
Los medios occidentales suelen referirse a Lukashenko como un dictador. En noviembre pasado, el propio presidente reconoció la existencia de una dictadura en Bielorrusia, describiéndola como un sistema que aporta “estabilidad, seguridad, orden, amabilidad y hospitalidad”. En sus declaraciones, Lukashenko ha enfatizado la importancia de un proceso electoral digno, rechazando lo que él denomina un “espectáculo al estilo estadounidense” que, según él, ha llevado a la violencia en su país. Reiteró que es crucial que las elecciones se lleven a cabo de manera adecuada para evitar críticas internacionales.
Bielorrusia ha mantenido una relación estratégica con Rusia desde 1999, una alianza que se ha fortalecido desde el inicio del conflicto en Ucrania en 2022. El año pasado, ambos países firmaron un tratado de seguridad en respuesta al aumento militar estadounidense en Europa. Este acuerdo incluye planes para desplegar sistemas de misiles hipersónicos de medio alcance Oreshnik en Bielorrusia para 2025. Durante una conferencia de prensa el domingo, Lukashenko afirmó que estos misiles podrían ser desplegados en el país “en cualquier momento”, añadiendo que “un Oreshnik es suficiente para proteger a Bielorrusia”.
