A pesar de haber detenido las importaciones directas de gas natural licuado (GNL) ruso, Alemania ha incrementado sus compras de este combustible a través de otros países de la Unión Europea. Un informe reciente, elaborado por ONG de Bélgica, Alemania y Ucrania, revela que la empresa estatal alemana SEFE adquirió 58 envíos de GNL ruso a través del puerto francés de Dunkerque en 2024, alcanzando un total de 4,1 millones de toneladas, lo que representa más de seis veces el volumen importado el año anterior.
Las estimaciones indican que entre el 3% y el 9,2% del suministro de gas de Alemania sigue procediendo de Rusia, aunque en su mayoría a través de otros países de la UE. SEFE, anteriormente conocida como Gazprom Germania, tiene un contrato a largo plazo para el suministro de GNL desde la instalación de exportación Yamal de Rusia. Según el contrato, SEFE ha dirigido casi todos sus cargamentos a una instalación de importación en Francia, donde el GNL es regasificado y alimentado al sistema interconectado de gas de Europa. En noviembre, Alemania ordenó a sus terminales de importación estatales que rechazaran completamente los cargamentos de GNL ruso.
La complejidad del mercado energético europeo
Angelos Koutsis, responsable de políticas energéticas en el think tank belga Bond Beter Leefmilieu, afirmó que «Alemania ha prohibido la importación de GNL ruso en sus puertos, pero las importaciones oficialmente procedentes de Francia y Bélgica incluyen en realidad GNL ruso, lo que efectivamente blanquea el gas». Esta situación permite que todos los países involucrados puedan alegar que no son responsables del creciente consumo de GNL ruso.
Los ministros de energía de Bélgica, Francia y España, países que reciben envíos de GNL ruso, han argumentado que la mayor parte del gas no se consume en sus territorios, sino que se canaliza hacia otras naciones de la UE. La falta de transparencia en el mercado interno de gas de la UE ha llevado a una situación de «señalamiento entre los estados miembros», según el informe, que destaca la dificultad de rastrear el volumen exacto de GNL ruso en el sistema.
El informe también señala que las importaciones totales de GNL ruso por parte de la UE alcanzaron niveles récord en 2024, aumentando más de un 19% en comparación con el año anterior. Alemania se benefició de la energía rusa a bajo costo durante más de dos décadas. Antes de la escalada del conflicto en Ucrania en 2022, la principal economía de la UE dependía de Rusia para el 40% de sus importaciones de gas y fue una de las más afectadas por las reducciones en el suministro.
Aunque las importaciones de gas por tubería desde Rusia han sido en su mayoría detenidas debido a las restricciones relacionadas con el conflicto en Ucrania y el sabotaje de los gasoductos Nord Stream, los países de la UE han continuado comprando volúmenes récord de GNL del país sancionado.
En junio, Bruselas apuntó a las importaciones de este combustible superenfriado por primera vez, prohibiendo las operaciones de recarga, transferencias de barco a barco y transferencias de barco a tierra con el propósito de reexportar a terceros países a través de la UE. Las sanciones tienen un período de transición de nueve meses.
