Un reciente estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Carnegie Mellon y la Universidad de Toronto ha analizado los efectos a largo plazo del Tratado de Libre Comercio entre Canadá y Estados Unidos (TLC) firmado en 1989, centrándose en el mercado laboral canadiense. Publicado en la Review of Economic Studies, el informe ofrece una perspectiva optimista sobre la influencia del comercio bilateral en la fuerza laboral de Canadá.
Efectos del TLC en el Mercado Laboral Canadiense
Los investigadores utilizaron datos longitudinales de Statistics Canada, abarcando el periodo de 1984 a 2004. A través de este análisis, se examinaron las trayectorias laborales de los trabajadores que se encontraban inicialmente en sectores afectados por las concesiones arancelarias resultantes del TLC. A pesar de que se identificaron efectos adversos de las reducciones arancelarias canadienses y efectos favorables de las reducciones arancelarias estadounidenses, ambos impactos resultaron ser relativamente pequeños y se disiparon con el tiempo. Los trabajadores se adaptaron rápidamente a los cambios, recuperando las ganancias perdidas al cambiar de empresa, industria o sector.
Según Brian K. Kovak, profesor de economía y políticas públicas en la Universidad Carnegie Mellon, “la naturaleza bilateral del TLC nos permitió estudiar los efectos tanto de la competencia de importaciones como de la expansión de exportaciones en respuesta a un cambio de política”. Este enfoque sugiere que los trabajadores canadienses experimentan menos interrupciones laborales al comerciar con Estados Unidos en comparación con China, un hallazgo que contrasta con la experiencia de muchas economías que han enfrentado la competencia china en los últimos años.
El estudio revela que las reducciones arancelarias canadienses no provocaron una disminución en el total de años trabajados ni en las ganancias acumuladas de los trabajadores en los 16 años posteriores a la implementación del TLC. Aunque las reducciones arancelarias de Canadá pudieron reducir temporalmente el empleo y los salarios, las contrapartidas de los recortes arancelarios de Estados Unidos compensaron, en promedio, estos efectos negativos. De este modo, se destaca que la capacidad de adaptación de los trabajadores fue clave para mitigar los impactos del comercio.
Además, se observó que las reducciones arancelarias canadienses afectaron principalmente el crecimiento del empleo en las industrias a través de una menor contratación, y no por despidos, lo que ayudó a proteger a los trabajadores ya empleados en esos sectores. Estas conclusiones son especialmente relevantes en contraste con la «China Shock», que ha generado despidos y recortes salariales tanto entre trabajadores establecidos como nuevos entrantes al mercado laboral.
Los resultados de este estudio presentan una visión relativamente optimista del impacto de los acuerdos de libre comercio en el mercado laboral, sugiriendo que, a pesar de los temores comunes sobre la deslocalización y la competencia internacional, los trabajadores canadienses han podido adaptarse y encontrar nuevas oportunidades en otros sectores, como la manufactura, la construcción y los servicios.
Para más información, se puede consultar el estudio titulado The Long-Run Labour Market Effects of the Canada-U.S. Free Trade Agreement, disponible en la Review of Economic Studies.
