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La tumba de Jean-Marie Le Pen, fundador del partido de extrema derecha francés, el Frente Nacional, ha sido objeto de vandalismo en la localidad de La Trinité-sur-Mer, en Bretaña. Este acto ha suscitado una ola de condenas, especialmente entre figuras políticas de la derecha francesa.
Según informes de Le Figaro, la profanación ocurrió entre la noche del jueves y la mañana del viernes, cuando un grupo de desconocidos destruyó la cruz celta que adornaba la bóveda familiar de los Le Pen utilizando un martillo. Las imágenes que han circulado en redes sociales muestran los restos del monumento esparcidos por el suelo, con el nombre de la placa desplazado y flores esparcidas a su alrededor. Ante esta situación, la fiscalía local ha abierto una investigación por «violación de una tumba, urna cineraria o monumento erigido en memoria de los muertos», y el cementerio ha sido cerrado al público.
Reacciones políticas al vandalismo
La reacción ante este acto ha sido unánime entre los líderes de la derecha. Marion Maréchal, nieta de Le Pen y actual líder del partido Identidad y Libertades, expresó su indignación afirmando: «¿Creen que pueden romper nuestros corazones, intimidarnos, desanimarnos? Nuestra respuesta será luchar con más fuerza, generación tras generación».
Por su parte, Jordan Bardella, presidente del actual partido de Le Pen, el Reagrupamiento Nacional, calificó el acto de «inconcebible» y añadió que «la moralidad más universal ya condena a sus autores: espero que sean encontrados y severamente castigados por la justicia». El ministro del Interior francés, Bruno Retailleau, también condenó el vandalismo, describiéndolo como «una abyección absoluta» y subrayando que «el respeto por los muertos es lo que distingue a la civilización de la barbarie». En una línea similar, el viceprimer ministro italiano, Matteo Salvini, tildó a los responsables de «cobardes».
Jean-Marie Le Pen, fallecido el 7 de enero a los 96 años, fue una figura clave en el movimiento de extrema derecha en Francia. Conocido por sus políticas nacionalistas y antiinmigración, fundó el Frente Nacional en 1972 y lo lideró durante décadas, llegando a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en 2002. En 2011, cedió el liderazgo a su hija, Marine Le Pen, quien ha tratado de distanciar al partido de las posturas más extremas de su padre, rebranding la formación como Reagrupamiento Nacional en 2018.
A pesar de su legado político, la carrera de Jean-Marie Le Pen estuvo marcada por numerosas controversias, incluidas acusaciones de antisemitismo y comentarios en los que calificó las cámaras de gas utilizadas durante el Holocausto como un «detalle de la historia». Marine Le Pen, que aún no ha comentado sobre la profanación de la tumba, ha intentado moderar la imagen del partido, que actualmente es la principal fuerza de oposición en la Asamblea Nacional de Francia, con 126 de los 577 escaños.