El regreso del águila calva en Estados Unidos
El águila calva, símbolo nacional de Estados Unidos, ha experimentado un notable resurgimiento desde principios de los años 2000. Este ave majestuosa, que antes se encontraba al borde de la extinción, ha vuelto a ocupar un lugar destacado en el ecosistema y en la cultura estadounidense. En diciembre pasado, el presidente Joe Biden firmó una legislación que oficializa al águila calva como el ave nacional del país. Este reconocimiento formal llega en un momento en que Nueva Jersey se convierte en el último estado en eliminar su estatus de especie en peligro, tras haber pasado de contar con solo un nido en la década de 1980 a más de 300 en la actualidad.
El éxito en la recuperación de esta especie se atribuye principalmente a la prohibición del DDT, un insecticida que afectaba negativamente la reproducción del águila, causando que sus huevos tuvieran cáscaras más delgadas. La prohibición de este pesticida en 1972 permitió que las poblaciones de águilas comenzaran a recuperarse. Para acelerar este proceso, los conservacionistas llevaron a cabo varias iniciativas, incluyendo la importación de águilas de áreas donde sus poblaciones eran estables y la incubación artificial de huevos. Este esfuerzo coordinado ha permitido que el águila calva se adapte a nuevas áreas, incluso en entornos urbanos densamente poblados, donde se ha observado su capacidad para prosperar.
A pesar de su éxito, el águila calva enfrenta desafíos en su expansión hacia suburbios y áreas urbanas. La conservación de su hábitat y la calidad del agua son preocupaciones constantes, ya que su dieta depende en gran medida de la pesca. Adicionalmente, las aves están expuestas a peligros como el tráfico vehicular y brotes de enfermedades, como la gripe aviar. Sin embargo, el vínculo cultural que los estadounidenses tienen con el águila calva, que es considerada un símbolo de fuerza e independencia, contribuye a los esfuerzos de conservación y a la protección de los espacios naturales que necesitan para sobrevivir.
