La reciente colisión entre un helicóptero y un avión de pasajeros en el río Potomac, cerca de Washington D.C., ha dejado un saldo trágico de 67 fallecidos, convirtiéndose en el desastre aéreo más mortífero en Estados Unidos desde 2001. Entre los tripulantes del helicóptero se encontraba la capitana Rebecca Lobach, de 28 años, quien había servido como asistente social en la Casa Blanca durante la administración del presidente Joe Biden. Su familia ha confirmado su identidad tras la divulgación por parte del ejército estadounidense.
La capitana Lobach, quien se unió al ejército en 2019 tras completar una licenciatura en biología en la Universidad de Carolina del Norte, había sido reconocida con varias medallas a lo largo de su carrera militar. Según un comunicado de su familia, Lobach había «voluntariado para apoyar» al presidente Biden en la organización de numerosos eventos en la Casa Blanca, incluyendo ceremonias de entrega de medallas. Las imágenes de su participación en estos eventos han circulado en redes sociales, mostrando su compromiso con el servicio público.
Detalles del accidente y reacciones políticas
El accidente ocurrió la noche del miércoles pasado, cuando un avión Bombardier CRJ700, operado por PSA Airlines, colisionó con un helicóptero Sikorsky H-60 Black Hawk. A bordo del avión viajaban 64 personas, entre ellas 60 pasajeros y cuatro miembros de la tripulación, todos ellos fallecieron en el siniestro. La tragedia ha suscitado una serie de reacciones, incluyendo comentarios del expresidente Donald Trump, quien ha culpado a las iniciativas de diversidad, equidad e inclusión de la administración anterior por el accidente. Trump también ha señalado que el piloto del helicóptero cometió un error al no realizar la maniobra correcta durante el vuelo, aunque no presentó evidencia concreta para respaldar sus afirmaciones, dado que la investigación sobre el incidente aún está en curso.
Además de la capitana Lobach, otros dos soldados estaban a bordo del helicóptero: el oficial de warrant Andrew Eaves, de 39 años, y el sargento Ryan Austin O’Hara, de 28 años, quien había desempeñado el papel de jefe de tripulación. La tragedia ha conmocionado a la comunidad militar y a la opinión pública, resaltando la importancia de la seguridad aérea y la necesidad de una investigación exhaustiva para esclarecer las causas del accidente.
