La ciencia detrás del huevo cocido perfecto
Investigadores han logrado descifrar la fórmula para conseguir el huevo cocido perfecto, un logro que se puede poner a prueba en casa, aunque en un momento en que los precios de los huevos han aumentado considerablemente en Estados Unidos debido a un brote de gripe aviar. Este nuevo método promete una yema aterciopelada combinada con una clara suave y sólida, un equilibrio que a menudo resulta difícil de alcanzar debido a las diferentes temperaturas de cocción de ambos componentes. Cocinar un huevo demasiado tiempo puede resultar en una yema seca y un sabor poco apetecible, mientras que un proceso lento puede dejar las claras en una textura gelatinosa y poco cocida.
Para llegar a esta receta, los científicos cocinaron cientos de huevos y utilizaron principios matemáticos para abordar este desafío culinario. Uno de los cálculos analizó cómo se transfiere el calor entre una superficie caliente y un huevo, mientras que otro abordó la transformación del contenido del huevo de líquido a sólido, pasando por un estado intermedio similar a un gel. El método final consiste en mover los huevos en una cesta de vapor entre dos recipientes con agua: uno hirviendo y otro a 30 grados Celsius, cada dos minutos durante un total de 32 minutos, para luego enfriarlos bajo agua corriente antes de pelarlos.
La técnica, conocida como cocción periódica, permite que las claras se calienten y enfríen hasta estar completamente cuajadas, mientras que la yema se mantiene a una temperatura constante y se cocina hasta quedar cremosa. Esta yema puede llegar a ser tan suave que se puede untar, similar a la textura de un paté. Para validar sus hallazgos, los investigadores analizaron la composición química de los huevos preparados y los compararon con huevos cocidos de manera tradicional a través de un panel de degustación. Aunque este método requiere más tiempo que la cocción estándar de un huevo duro, muchos consideran que la combinación de texturas resultante compensa el esfuerzo adicional.
