El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha expresado su preocupación ante la posibilidad de una guerra comercial, subrayando que «no hay ganadores» en este tipo de conflictos. Su declaración se produce en un contexto en el que la Administración estadounidense podría imponer aranceles que afectarían a diversos sectores económicos. Durante la clausura de la presentación de la Estrategia Nacional de Alimentación (ENA), Sánchez destacó que este tipo de disputas perjudican especialmente a los sectores más vulnerables, como la agricultura, la ganadería y la pesca. Además, remarcó que el aumento de los precios representa un «golpe absolutamente devastador» para la economía familiar, instando a la «unión hace la fuerza» dentro de la Unión Europea para enfrentar cualquier eventualidad adversa.
En su intervención, el presidente subrayó la necesidad de estar preparados para tomar decisiones que protejan a los agricultores, ganaderos y pescadores españoles, evitando al mismo tiempo medidas proteccionistas o de autoabastecimiento. Sánchez abogó por una estrategia que garantice estabilidad y previsión en el sector agroalimentario, enfatizando que el futuro del campo español no debe depender de decisiones externas o de «aranceles oportunistas». En este sentido, hizo hincapié en que la alimentación es un tema serio que debe ser tratado con decisión y visión de futuro, evitando cualquier tipo de juego que pueda comprometer la seguridad alimentaria.
Por otro lado, Sánchez reafirmó el compromiso del Ejecutivo con el fortalecimiento de las zonas rurales y costeras, destacando la importancia de la agricultura familiar en España. Anunció que la Ley de Agricultura Familiar será una de las prioridades de la presente legislatura, con el objetivo de mejorar la rentabilidad y competitividad del sector. En sus palabras, la agricultura no solo representa una actividad económica, sino que es esencial para la cohesión territorial del país, lo que resalta la vitalidad del sector agroalimentario en el desarrollo sostenible de España.