El fenómeno del turismo masivo ha alcanzado niveles preocupantes en diversas regiones del mundo, y la costa de Amalfi en Italia no ha sido la excepción. En este contexto, Liliana Mascolo, una residente de Positano y trabajadora de su hotel familiar, ha decidido compartir algunas alternativas menos concurridas para aquellos viajeros que buscan experiencias auténticas y tranquilas lejos de los bulliciosos destinos turísticos.
Tropea: Un refugio costero sin multitudes
Tropea, ubicada al sur de Positano, se presenta como una opción ideal para quienes desean disfrutar de playas impresionantes sin la invasión de turistas. A pesar de su belleza, este enclave sigue siendo relativamente desconocido para muchos viajeros internacionales. Liliana apunta que, aunque las familias italianas visitan Tropea con frecuencia, los turistas extranjeros son escasos, lo que garantiza un ambiente más relajado.
“Tropea es un lugar donde puedes disfrutar de atardeceres sin hacer fila”, afirma Liliana, resaltando que este rincón del sur de Italia se ha mantenido como una joya escondida que merece ser descubierta.
Abetone: La alternativa a los Alpes Italianos
La estación de esquí de Abetone, situada en las montañas de Pistoia, ofrece una experiencia diferente a la frenética actividad de los Alpes. Para Liliana, su visita a Abetone se centra más en la relajación que en los deportes de invierno. “Allí, simplemente me siento junto a la chimenea, disfruto de una copa de vino y juego a los juegos de mesa con amigos”, dice, enfatizando la importancia de desconectar del ritmo acelerado del turismo masivo.
Este enfoque, que ella llama JOMO (la alegría de perderse), se ha convertido en una tendencia cada vez más popular entre quienes buscan un estilo de vida más pausado y menos agitado, lejos de la presión de las actividades turísticas convencionales.
Las recomendaciones de Liliana continúan con la sugerencia de visitar Castellabate, un pequeño pueblo que, a pesar de su creciente popularidad debido a su aparición en producciones cinematográficas, conserva un ambiente sereno. “En Castellabate, no hay una lista de cosas por hacer; simplemente te dejas llevar por la vida”, comenta, evocando la esencia de lo que Positano solía ser antes de convertirse en un destino saturado de turistas.
Por último, Liliana sugiere explorar localidades como Varenna en el Lago de Como durante la temporada baja. Este enfoque permite disfrutar de la belleza natural sin las aglomeraciones que caracterizan a los destinos más famosos. “Visité Varenna en diciembre y fue una experiencia celestial”, concluye, destacando que la tranquilidad en estos lugares puede ofrecer una conexión más profunda con el entorno y sus gentes.
En tiempos donde la sostenibilidad y el respeto hacia las culturas locales son cada vez más relevantes, las reflexiones de Liliana invitan a repensar nuestras elecciones turísticas y a optar por alternativas que realmente valoren la autenticidad y la paz que ofrecen los destinos menos transitados.
