La demanda global de carbón alcanza récords históricos a pesar de la transición energética

In Economía
febrero 10, 2025

El mundo sigue dependiente del carbón, un recurso que parece inamovible en la estructura energética global. A pesar de los esfuerzos de algunas naciones por diversificar sus fuentes de energía, el carbón continúa siendo la columna vertebral de la producción eléctrica, especialmente en economías en desarrollo como China e India.

La realidad del consumo global de carbón

La reciente declaración del expresidente estadounidense Donald Trump, que aseguró que «nada puede destruir el carbón», resuena con la situación actual en la que las exportaciones de carbón de Estados Unidos han ido en aumento, impulsadas por una demanda mundial creciente. En 2024, la capacidad global de carbón alcanzó un nuevo récord de casi 2,175 gigavatios, según datos de Global Energy Monitor.

La situación en Asia es particularmente notable. China ha reportado un aumento del 14.4% en sus importaciones de carbón, alcanzando un récord histórico de 542.7 millones de toneladas en 2024. Este fenómeno se debe en gran medida a la necesidad del país de garantizar la seguridad energética ante posibles escaseces provocadas por eventos climáticos extremos. Es interesante observar que, a pesar de los objetivos de sostenibilidad, el carbón sigue siendo un componente crítico en la mezcla energética de China, representando más del 56% de su consumo total.

India también enfrenta desafíos similares. La creciente demanda de energía, impulsada por un clima extremo y un desarrollo económico acelerado, ha llevado a que el país dependa de fuentes de energía tradicionales como el carbón. Aunque India ha establecido metas ambiciosas para aumentar su capacidad de energía renovable, el carbón sigue siendo esencial para satisfacer sus necesidades inmediatas, particularmente en sectores como la construcción de infraestructuras y la producción de acero.

Además de China e India, otras naciones en desarrollo como Bangladesh, Indonesia y Vietnam están expandiendo sus capacidades de generación de energía a partir del carbón. Este patrón de consumo se ve exacerbado por la reciente volatilidad en los precios del gas, provocada en parte por las tensiones geopolíticas en Europa del Este, lo que ha llevado a muchos países a reconsiderar sus planes de transición energética en favor del carbón, considerado más accesible y económico.

La influencia de la tecnología y el futuro del carbón

El crecimiento de la inteligencia artificial y la necesidad de energía para alimentar centros de datos han aumentado la demanda global de electricidad, lo que a su vez eleva la necesidad de carbón como fuente de energía confiable. Se estima que para 2030, la demanda de electricidad de los centros de datos podría superar los 35 gigavatios, más del doble de los 17 gigavatios registrados en 2022. Esto plantea interrogantes sobre la viabilidad de las transiciones energéticas en un contexto donde la demanda de carbón sigue en aumento.

A pesar de los compromisos internacionales, como el Acuerdo de París, para limitar el calentamiento global, el panorama actual sugiere que se necesitarán esfuerzos significativos para reducir las emisiones de carbono en un escenario donde la demanda de carbón y otros combustibles fósiles continúa alcanzando máximos históricos. La implementación de energías renovables y la mejora de la infraestructura de transmisión son pasos esenciales que muchas naciones están comenzando a adoptar, pero el proceso es lento y complejo.

A medida que el mundo se enfrenta a la realidad de su dependencia energética, es fundamental considerar cómo las políticas y estrategias de desarrollo de países como China e India están moldeando el futuro energético global. A pesar de las presiones por un cambio hacia fuentes más limpias, el carbón sigue siendo una opción predominantemente viable para satisfacer las necesidades energéticas inmediatas de una población en crecimiento y en desarrollo.

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