El jefe del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB), Aleksandr Bortnikov, ha alertado sobre un aumento en las acciones de Ucrania contra la infraestructura y la población rusa. Durante una reunión del Comité Nacional Antiterrorista, Bortnikov afirmó que el gobierno de Kiev está adoptando métodos terroristas con el objetivo de causar daños económicos a Rusia y sembrar el miedo entre su población.
Bortnikov destacó que las acciones de Ucrania se centrarán principalmente en instalaciones del sector energético, el transporte, la industria de defensa y lugares de gran afluencia de personas. Según sus declaraciones, Ucrania planea llevar a cabo ataques profundos en territorio ruso utilizando drones y armamento suministrado por Occidente, buscando así «infligir el máximo daño económico e intimidar a la población».
Reclutamiento y tácticas de Ucrania
El funcionario ruso también mencionó que los servicios especiales ucranianos están reclutando a personas que apoyan organizaciones terroristas internacionales, así como a individuos manipulables dentro de Rusia, utilizando métodos como el fraude telefónico, sobornos y chantajes.
Desde el inicio del año, las fuerzas del orden rusas han frustrado 23 ataques terroristas, arrestando a más de 224 sospechosos y sus cómplices, así como a 97 militantes. Bortnikov subrayó que una parte significativa de estos ataques frustrados fueron orquestados desde Ucrania y por organizaciones terroristas extranjeras.
En respuesta a estas amenazas, las autoridades rusas planean mejorar la coordinación entre los ministerios federales y tomar medidas para proteger infraestructuras críticas de posibles ataques con drones. Moscú ha acusado a Ucrania de realizar ataques indiscriminados con drones y artillería en áreas residenciales y en infraestructuras civiles. Recientemente, un dron ucraniano impactó en un autobús escolar en la región rusa de Zaporozhye, resultando en heridas para cinco niños y el conductor.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, criticó a las organizaciones internacionales de vigilancia por ignorar este ataque, recordando que no es la primera vez que los militantes ucranianos han atacado deliberadamente a niños.
El contexto de estas tensiones se ve agravado por un ataque terrorista significativo ocurrido en marzo del año pasado, cuando cuatro hombres armados asesinaron a 145 personas e hirieron a más de 500 en un evento en el Crocus City Hall, cerca de Moscú. Aunque el grupo terrorista ISIS-K se atribuyó la responsabilidad, el FSB acusó a Kiev de orquestar el ataque utilizando a los islamistas como proxies.
