Descubrimiento Arqueológico en Londres: La Primera Basílica Romana
Un edificio de oficinas de la década de 1930 en el corazón de Londres estaba en la antesala de su demolición y renovación por parte de sus propietarios, cuando arqueólogos desenterraron los restos de la primera basílica romana de la ciudad en su sótano. Esta estructura, construida alrededor del año 80 d.C., se erigió unas décadas después de la invasión romana de Gran Bretaña y formaba parte de un foro más amplio que funcionaba como ayuntamiento para Londinium, el antiguo nombre romano de Londres.
La basílica servía como un importante centro de decisiones políticas, judiciales y comerciales. Según Andrew Henderson-Schwartz, del Museo de Arqueología de Londres (MOLA), que lideró la excavación, el lugar podría haber sido escenario de discusiones políticas y transacciones comerciales significativas. La magnitud del hallazgo, ubicado en 85 Gracechurch Street, junto al mercado de Leadenhall, se considera una de las piezas arquitectónicas romanas más importantes de Gran Bretaña.
Las excavaciones revelaron grandes secciones de la basílica aún intactas, con muros de 10 metros de largo y 4 metros de profundidad, construidos con piedra de flint y caliza transportadas desde Kent. Entre los artefactos encontrados se incluían fragmentos de cerámica romana, ladrillos y tejas, una de las cuales contaba con la inscripción ‘Londres’ y las huellas dactilares de su fabricante. Este hallazgo conecta de manera tangible con los orígenes de la ciudad, permitiendo a los arqueólogos y al público apreciar la historia de Londres de una forma más directa.
El equipo de arqueólogos trabajará junto con la firma de arquitectura Wood Bagot para excavar completamente los restos romanos e integrarlos en los nuevos planes de construcción del edificio de oficinas, con la intención de abrir el sitio al público. Helen Hawkins, asesora de arqueología en Historic England, expresó que el lugar ofrecerá una gran oportunidad para crear una exposición que celebre estos descubrimientos. Se espera que los visitantes experimenten de manera inmersiva lo que era estar en el escenario de la antigua Londres romana, ofreciendo así una ventana fascinante a la historia de la ciudad.
