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El mercado de valores estadounidense ha tenido una jornada agitada recientemente, especialmente para DaVita, una compañía que se especializa en servicios de diálisis. El pasado viernes, las acciones de DaVita experimentaron una caída de más del 12% tras la emisión de un pronóstico débil, lo que refleja las dificultades que enfrentan muchas empresas de atención médica en el actual contexto económico.
Desafíos en el sector de la salud
La empresa, con sede en Colorado, comunicó que espera que su beneficio ajustado por acción para 2025 se sitúe entre 10,20 y 11,30 dólares, una cifra que queda por debajo de las expectativas promedio de los analistas, que es de 11,24 dólares por acción, según LSEG. Este descenso en las proyecciones está asociado a un aumento en los costos de atención al paciente, que se han visto incrementados por el cierre de centros y los gastos en beneficios de salud. En el último trimestre, DaVita reportó cargos por el cierre de sus centros de diálisis en Estados Unidos que ascendieron a 24,2 millones de dólares.
A pesar de estos retos, DaVita logró superar las estimaciones de ganancias para el cuarto trimestre, reportando 2,24 dólares por acción en términos ajustados, superando la expectativa de 2,13 dólares por acción según LSEG. Este desempeño, aunque positivo en comparación con las proyecciones, subraya la presión que enfrenta la compañía en un entorno donde los costos operativos están en aumento.
Por otra parte, Berkshire Hathaway, el mayor inversor institucional de DaVita, ha reducido su participación en la compañía, vendiendo 203,091 acciones. Esta venta, que se realizó el martes, se enmarca dentro de un acuerdo de recompra de acciones que se estableció previamente en abril, donde DaVita se comprometió a reducir la participación de Berkshire al 45% de manera trimestral. La operación ha dejado la participación de Berkshire en DaVita en aproximadamente 6,4 mil millones de dólares, lo que la convierte en la décima mayor inversión de la conglomerado en términos de acciones.
El interés de gigantes como Berkshire Hathaway en empresas de salud puede interpretarse como un reconocimiento de la importancia y, a veces, la complejidad del sector. Sin embargo, también plantea preguntas sobre la sostenibilidad de estas inversiones en un contexto donde los costos de atención médica siguen aumentando, un fenómeno que se observa en diversas partes del mundo y que, en muchos casos, está relacionado con decisiones políticas y económicas más amplias.