Descubren la técnica para hervir el huevo perfecto: alternancia de temperaturas para una cocción ideal

In Ciencia y Tecnología
febrero 18, 2025

La ciencia detrás del huevo cocido perfecto

Si consideras que tu técnica para hervir huevos es infalible, es posible que aún no hayas logrado preparar el «huevo cocido perfecto». Cocinar un huevo de manera óptima es un desafío, ya que la clara y la yema tienen composiciones diferentes que requieren ser cocinadas a temperaturas diversas para alcanzar el sabor y la textura ideales. Sin embargo, un grupo de científicos ha desarrollado un nuevo método denominado «cocción periódica», que consiste en alternar los huevos entre ciclos de agua caliente y tibia. Este enfoque permite cocinar la clara y la yema simultáneamente, sin que se separen, y ha sido detallado en un estudio publicado en la revista Communications Engineering.

La cocción periódica no solo produce una textura y sabor óptimos tanto en la clara como en la yema, sino que también ayuda a conservar la mayor cantidad de nutrientes, lo que conlleva beneficios para la salud en comparación con otros métodos populares como el hervido duro o la cocción sous vide. Micah Siva, dietista registrada y escritora de recetas, ha comentado que este método tiene una base científica sólida, destacando que ajustar la temperatura de cocción según las propiedades de las proteínas del huevo puede mejorar la calidad del resultado final.

Proceso de cocción para el huevo cocido ideal

Para desarrollar este método, los investigadores no se limitaron a probar y errar, sino que utilizaron modelos matemáticos y simulaciones para predecir cómo se transfiere el calor a través del huevo. Así, identificaron las condiciones de cocción ideales para la clara y la yema. El equipo, dirigido por el Dr. Ernesto Di Maio de la Universidad de Nápoles Federico II, cocinó un total de 160 huevos utilizando cuatro métodos diferentes: hervido duro, hervido suave, sous vide y la nueva técnica de cocción periódica. Para el método periódico, los huevos se sumergieron en agua hirviendo a 100 grados Celsius durante dos minutos, seguidos de dos minutos en agua tibia a 30 grados Celsius, repitiendo este ciclo durante 32 minutos.

Los resultados mostraron que, mientras que los métodos tradicionales aumentaban de forma continua la temperatura interna del huevo, la cocción periódica lograba mantener la temperatura de la yema en un nivel constante de 67 grados Celsius, mientras que la clara alcanzaba temperaturas que oscilaban entre 87 y 100 grados Celsius en agua caliente y de 30 a 55 grados Celsius en agua tibia. Esta distribución dinámica del calor permite que tanto la clara como la yema alcancen sus texturas y consistencias ideales, lo que resulta en una experiencia sensorial mejorada.

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