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Arqueólogos han descubierto la tumba del faraón Tutmosis II en Egipto, marcando el primer hallazgo de un sitio funerario faraónico desde la tumba de Tutankamón en 1922. Este descubrimiento es significativo no solo por su relevancia histórica, sino también por su contexto en la rica historia de la antigua Egipto.
Más de un siglo después de que el mundo se maravillara con el descubrimiento de la tumba de Tutankamón por Howard Carter, un equipo arqueológico británico-egipcio liderado por el Dr. Piers Litherland ha encontrado el lugar de descanso final del rey Tutmosis II, uno de los gobernantes más elusivos de la XVIII dinastía del antiguo Egipto. La tumba fue hallada en los Valles Occidentales de la Necrópolis de Tebas, cerca de Luxor.
Hasta ahora, la ubicación de la tumba original de Tutmosis II había permanecido un misterio. Si bien sus restos momificados fueron descubiertos hace dos siglos en el Cache de Deir el-Bahari, sobre el Templo Mortuorio de Hatshepsut, el lugar de su tumba había sido perdido para la historia. Mohamed Ismail Khaled, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, afirmó que el descubrimiento representa “uno de los avances arqueológicos más significativos en los últimos años”.
La tumba fue inicialmente descubierta en 2022 y se pensó que pertenecía a alguna de las esposas reales de los llamados reyes thutmosid, una sucesión de faraones que gobernaron el antiguo Egipto. Sin embargo, evidencias arqueológicas han demostrado que la tumba es, de hecho, el lugar de descanso de Tutmosis II, quien falleció alrededor del 1479 a.C. tras un reinado relativamente corto. Se estima que Tutmosis II murió a la edad de 30 años, tras lo cual su esposa (y media hermana) Hatshepsut asumió el trono, gobernando durante aproximadamente 21 años, desde 1479 a.C. hasta 1458 a.C.
Descubrimientos en el interior de la tumba
Dentro de la tumba, el equipo arqueológico encontró los inconfundibles signos de un sepulcro real: inscripciones del «Amduat», un antiguo texto funerario reservado para los faraones, fragmentos de jarras de alabastro con los nombres de Tutmosis II y Hatshepsut, y un techo pintado de azul con estrellas amarillas. Sin embargo, la tumba en sí se encontraba completamente vacía y en muy malas condiciones. A diferencia de muchas tumbas antiguas que fueron saqueadas por ladrones, esta había sido deliberadamente despojada. Los investigadores creen que esta acción se llevó a cabo después de que la tumba sufriera severas inundaciones, ya que había sido construida bajo una cascada.
“Los estudios preliminares sugieren que los contenidos originales de la tumba fueron trasladados a otro sitio en tiempos antiguos tras las inundaciones”, afirmó Mohamed Abdel-Badii, jefe del Sector de Antigüedades Egipcias del Consejo Supremo de Antigüedades. El Dr. Piers Litherland ha indicado que el equipo continuará su trabajo para descubrir más secretos de la zona y localizar el lugar de descanso final de los contenidos originales de la tumba.