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El partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) ha logrado un resultado histórico en las recientes elecciones parlamentarias, según los primeros datos preliminares. Con un apoyo que supera el 20%, la AfD se posiciona como la segunda fuerza política del país, superando al Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller saliente Olaf Scholz, que ha visto caer su apoyo al 16,4%.
Elon Musk, el multimillonario CEO de Tesla y SpaceX, ha reafirmado su apoyo a la AfD en los días previos a las elecciones. A través de su cuenta en X, Musk publicó un mensaje sencillo pero contundente: “AfD!”, acompañado de emojis de la bandera alemana. Este respaldo ha generado una ola de críticas en Alemania, donde figuras políticas y sociales han expresado su descontento con la postura del empresario estadounidense.
La AfD, conocida por su postura antiinmigración y su rechazo a las políticas climáticas, ha sido objeto de controversia debido a las declaraciones de algunos de sus miembros sobre la historia de Alemania bajo el régimen nazi. A pesar de las críticas, los líderes del partido han insistido en que no se puede calificar a la AfD como un partido nazi. En un contexto donde la sociedad alemana ha adoptado el concepto de culpa generacional, el mensaje de Musk ha sido interpretado como un intento de desafiar esta narrativa.
Reacciones y contexto político
La aparición de Musk en un mitin de la AfD a través de videoconferencia, donde instó a los alemanes a estar orgullosos de su cultura y a rechazar la culpa histórica, ha sido particularmente polémica. La respuesta del canciller Scholz fue clara, calificando los comentarios del magnate como “asquerosos”. Además, Dani Dayan, presidente del museo del Holocausto de Israel, acusó a Musk de menospreciar a las víctimas del nazismo y de socavar los valores democráticos.
Las elecciones se llevaron a cabo en un contexto de crisis política en Alemania, tras el colapso de la coalición de Scholz debido a desacuerdos sobre reformas económicas, políticas climáticas y ayuda a Ucrania. Con la AfD alcanzando su mejor resultado a nivel federal, el partido conservador Unión Cristiano Demócrata (CDU) y su aliado Unión Social Cristiana (CSU) se proyectan como los ganadores con un 28,5% de los votos.
Este panorama electoral refleja un cambio significativo en el paisaje político alemán, donde el ascenso de la AfD plantea interrogantes sobre el futuro de la política en el país y la dirección que tomará en los próximos años.