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La controversia en torno a la gestión de la emergencia meteorológica en la Comunidad Valenciana sigue generando debate. José Ángel Núñez, jefe de Climatología de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en la región, ha señalado que las señales de una situación crítica eran evidentes desde la mañana del día en cuestión. A pesar de esto, la convocatoria del Centro de Cooperación Operativa Integrado (Cecopi) no se realizó hasta las 17:00 horas, un retraso que, según Núñez, resultó inadecuado. «Se tenía que haber convocado antes, por la mañana. No había nada que lo impidiera», afirmó en una entrevista con EFE, subrayando la inminente gravedad de la situación tanto por los pronósticos meteorológicos como por los incidentes que ya estaban ocurriendo en diversas localidades.
Alerta roja y falta de respuesta adecuada
El primer aviso de alerta roja se activó poco después de las 07:30 horas, indicando que se preveía la acumulación de más de 180 litros por metro cuadrado en un periodo de 12 horas, un umbral capaz de causar daños severos. A pesar de esta advertencia, la respuesta de las autoridades fue insuficiente. Desde primeras horas de la mañana, la Aemet había compartido imágenes que evidenciaban el impacto de la tormenta, mostrando vehículos arrastrados por el agua en Catadau. Aunque algunas instituciones, como la Universidad de Valencia y varios ayuntamientos, tomaron medidas preventivas, la coordinación general de la emergencia no se activó hasta que muchas áreas ya estaban inundadas.
Núñez ha criticado la falta de liderazgo durante el desarrollo de la crisis. En la reunión del Cecopi, que tuvo lugar a las 17:00 horas, la falta de una dirección clara dificultó la toma de decisiones efectivas. Para las 19:00 horas, cuando la reunión se suspendió temporalmente, la situación ya había escalado considerablemente. A esa misma hora, un vídeo que mostraba la pasarela de Picanya derrumbándose por la fuerza del agua se viralizó, ilustrando la magnitud del desastre. A pesar de las propuestas de medidas como confinamientos o evacuaciones, las respuestas llegaron con un notable retraso.
Frente a las críticas, Núñez defendió la actuación de la Aemet, resaltando que la información meteorológica fue transparente y que la predicción no falló, sino que fue mal interpretada. Además, anunció que todos los datos recopilados serán entregados al juzgado número 3 de Catarroja, donde están dispuestos a colaborar en la investigación sobre lo ocurrido. Este episodio resalta la necesidad de una reacción rápida ante fenómenos meteorológicos extremos, ya que la falta de previsión y coordinación puede transformar una emergencia controlada en un desastre de graves consecuencias.