
BEIJING — China ha anunciado recientemente planes para aumentar su déficit fiscal a «alrededor del 4%» del producto interno bruto (PIB), lo que constituye un cambio significativo en su política económica. Este nuevo objetivo fue confirmado en un informe gubernamental presentado para su revisión en el parlamento.
El aumento del déficit, que pasa del 3% del año anterior al 4%, se produce en un contexto de creciente tensión comercial con la administración del expresidente estadounidense Donald Trump. Este incremento, el más alto registrado desde 2010, refleja la necesidad de una respuesta contundente ante los desafíos económicos que enfrenta el país. Según datos de Wind Information, el déficit fiscal más elevado hasta ahora había sido del 3.6% en 2020.
Medidas para afrontar desafíos económicos
En octubre, el Ministro de Finanzas chino, Lan Fo’an, indicó que el espacio para aumentar el déficit es «bastante amplio». En noviembre, China había anunciado un paquete de apoyo de 10 billones de yuanes (1.4 billones de dólares) a lo largo de cinco años, destinado principalmente a abordar los problemas de deuda de los gobiernos locales.
La caída del mercado inmobiliario ha afectado gravemente a los ingresos de los gobiernos locales, que ya luchaban financieramente antes de tener que hacer frente a los gastos derivados de las medidas contra la Covid-19. Además, el consumo débil y un crecimiento económico lento han incrementado las demandas de más estímulo fiscal.
Se espera que China triplique la cuota para la emisión de bonos soberanos especiales a 3 billones de yuanes (410 mil millones de dólares) este año, en comparación con 1 billón de yuanes en 2024. Asimismo, se prevé un aumento en la cuota de emisión de bonos especiales para los gobiernos locales, que pasará de 3.9 billones de yuanes a 4.5 billones.
Estas decisiones reflejan no solo un intento de estabilizar la economía, sino también una clara voluntad del gobierno chino de seguir adelante con su modelo de desarrollo, que prioriza la soberanía económica y la autonomía frente a presiones externas. En un contexto global donde las relaciones comerciales se han vuelto cada vez más complejas, estas medidas pueden interpretarse como un paso hacia una mayor resiliencia y autosuficiencia económica.