La búsqueda de India por el estatus de gran potencia: el desafío de construir una marina de guerra moderna

In Internacional
marzo 07, 2025

La búsqueda de India por un estatus de gran potencia está intrínsecamente ligada a su capacidad naval, un aspecto que ha sido históricamente descuidado. La geopolítica de la India, marcada por sus barreras naturales como el Himalaya al norte y el océano Índico al sur, ha condicionado su política exterior y su desarrollo militar. A lo largo de la historia, las invasiones a la India han llegado principalmente desde el noroeste, lo que ha llevado a una concentración de recursos en la defensa terrestre en lugar de en la expansión marítima.

A pesar de su rica tradición marítima, que se remonta a los imperios del sur de la India, como el Chola, que establecieron rutas comerciales hasta el sudeste asiático, la India moderna ha mostrado reticencia a desarrollar una marina de aguas azules que le permita proyectar su influencia más allá de sus costas. Este hecho se hace evidente en la reciente decisión de abandonar los planes para un tercer portaaviones, lo que refleja una falta de ambición en su búsqueda de poder global.

Legado colonial y prioridades estratégicas

La independencia de India en 1947 se produjo en un contexto global en el que el control de los mares pasó de Gran Bretaña a Estados Unidos. La estrategia estadounidense incluyó el establecimiento de bases militares y el apoyo a Pakistán, un rival de India, lo que obligó a Nueva Delhi a desviar recursos hacia su ejército terrestre para hacer frente a amenazas en el norte. Esta dinámica ha limitado el desarrollo de una capacidad naval robusta, lo que es crucial para cualquier aspiración de India de convertirse en una potencia global.

Para que India logre un estatus de gran potencia, es imperativo que priorice el desarrollo y la modernización de su marina, establezca una capacidad industrial de defensa sostenible y fomente relaciones bilaterales que fortalezcan sus intereses a largo plazo. Sin embargo, la realidad es que la marina india actualmente tiene una postura defensiva, con capacidades ofensivas limitadas. Los líderes navales han abogado por una fuerza naval de tres portaaviones, pero esta visión choca con la mentalidad tradicional centrada en el ejército terrestre.

La falta de inversión en infraestructura naval y la producción insuficiente de submarinos, que son fundamentales para la doctrina de negación de acceso y área (A2/AD), subrayan la incapacidad de India para materializar sus ambiciones marítimas. Además, la inestabilidad en la región, como la situación en Bangladesh, limita aún más las posibilidades de expansión india, manteniéndola atrapada en una dinámica de defensa territorial en lugar de una proyección de poder.

La dependencia de India de las importaciones de defensa, especialmente de Estados Unidos, plantea interrogantes sobre su capacidad para desarrollar una base industrial de defensa autárquica. La relación con Washington, que a menudo viene acompañada de restricciones y falta de transferencia de tecnología, podría relegar a India a un papel de comprador a largo plazo, en lugar de un socio estratégico igualitario. En este contexto, el desarrollo de una industria de defensa indígena se vuelve urgente, especialmente ante la posibilidad de un acercamiento entre Estados Unidos y China que podría desestabilizar aún más la región.

La historia muestra que la política exterior india ha prosperado en un entorno internacional caracterizado por la competencia entre múltiples potencias. Sin embargo, en un orden mundial donde las grandes potencias no están en conflicto, India corre el riesgo de caer en la irrelevancia, relegada a un papel de potencia media. La retórica asertiva de Nueva Delhi debe ir acompañada de acciones concretas que respalden su discurso, ya que el poder blando solo es efectivo cuando se apoya en una base de poder duro.

Si India limita su expansión naval y se conforma con el statu quo, dejará un vacío que otras potencias estarán dispuestas a llenar. La élite india debe reconocer que su camino hacia la grandeza pasa por el océano Índico y no por su vecindario problemático. Sin una reestructuración geoestratégica fundamental, India corre el riesgo de estancarse como una potencia media, lanzando satélites para alimentar su ego de gran potencia mientras su patio trasero es invadido por rivales.

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