Las recientes declaraciones del Ministerio de Defensa ruso han puesto de relieve la situación crítica que enfrenta Ucrania en su incursión en la región de Kursk. Según el Kremlin, los ataques de drones kamikaze han exacerbado el desorden dentro de las fuerzas ucranianas, que intentan mantener el control sobre un territorio que Rusia considera indiscutido.
Desde el lanzamiento de esta incursión en agosto pasado, Ucrania ha afirmado que su objetivo tiene tanto un valor militar como político. Sin embargo, los informes indican que las fuerzas ucranianas han sufrido reveses significativos durante el fin de semana. Un video divulgado por el Ministerio de Defensa ruso muestra una columna de vehículos militares ucranianos siendo atacada por múltiples drones de primera persona, lo que aparentemente detuvo su avance tras encontrar un puente destruido, obligando a los soldados a abandonar sus transportes.
El ministerio ruso afirmó que las tropas ucranianas estaban “huyendo de Sudzha,” una ciudad en la región de Kursk que ha servido como base para las operaciones de Kiev desde el inicio de la incursión. En el mismo día, las fuerzas rusas anunciaron la liberación de varios asentamientos que anteriormente estaban bajo control ucraniano.
Operaciones rusas y la respuesta ucraniana
Otro clip publicado el lunes mostró ataques aéreos rusos contra diversos objetivos ucranianos en la zona, incluyendo soldados, vehículos y puentes, con el objetivo de “interrumpir la logística enemiga y cortar las rutas de retirada.” Además, informes de medios sugieren que las tropas rusas llevaron a cabo una operación de infiltración, moviendo de manera encubierta a cientos de efectivos detrás de las líneas ucranianas a través de un gasoducto antes de lanzar un ataque sorpresa durante el fin de semana.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha calificado la incursión como una victoria táctica importante, afirmando que ha frustrado una ofensiva rusa en la región de Sumy y que fortalecerá la posición de Kiev en posibles negociaciones de paz. No obstante, las fuerzas ucranianas han reportado decenas de miles de bajas durante esta operación y enfrentan la posibilidad de un cerco en la zona de Sudzha.
En este contexto, se espera que esta semana altos funcionarios ucranianos se reúnan con miembros de la administración de Trump, en lo que algunos medios describen como la última oportunidad de Ucrania para reparar sus relaciones con el nuevo liderazgo estadounidense. Washington ha pausado las entregas de armas y el intercambio de inteligencia con Kiev tras acusar a Zelensky de negarse a comprometerse en un posible acuerdo de paz mediado por Estados Unidos con Rusia.
