Una huelga de 24 horas por parte de los trabajadores de 13 aeropuertos alemanes, incluidos los de Frankfurt y Múnich, ha ocasionado la cancelación de la mayoría de los vuelos programados para el lunes 10 de marzo. Este paro, que comenzó a la medianoche, involucra a empleados del sector público en los aeropuertos, así como al personal de seguridad y de tierra, y forma parte de un conflicto laboral en curso relacionado con salarios y condiciones de trabajo.
Más de medio millón de personas podrían enfrentar disrupciones en sus viajes a lo largo del país, con más de 3,400 vuelos cancelados según la Asociación de Aeropuertos Alemanes (ADV). Los pasajeros han sido instados a no dirigirse a los aeropuertos y a contactar a sus aerolíneas o agentes de viaje para obtener información sobre la reprogramación de vuelos o alternativas de viaje.
Impacto en los principales aeropuertos alemanes
El operador del Aeropuerto de Frankfurt, el más transitado de Alemania, ha confirmado que no habrá vuelos de pasajeros saliendo de allí el lunes. De los 1,116 vuelos programados, 1,050 ya han sido cancelados, y se espera que esa cifra aumente. Asimismo, el Grupo Lufthansa, que tiene su principal centro de operaciones en Frankfurt, ha advertido sobre «retrasos y cancelaciones extensivas» que afectarán a todas sus aerolíneas, incluyendo Lufthansa, Eurowings, Austrian Airlines y Swiss International Air Lines.
Los aeropuertos de Berlín, Hamburgo, Colonia/Bonn y Múnich también han reportado cancelaciones masivas. En Berlín, se ha advertido que «todas las salidas y llegadas regulares se verán afectadas por las huelgas». Los aeropuertos esperan reanudar las operaciones normales el martes 11 de marzo, aunque es probable que haya consecuencias en la programación de los vuelos durante ese día también.
La huelga, organizada por el sindicato de trabajadores de servicios ver.di, no solo afecta a los aeropuertos más grandes, sino también a instalaciones más pequeñas como Weeze y Karlsruhe/Baden-Baden, donde solo los trabajadores de seguridad se unieron al paro. La decisión de llevar a cabo esta huelga repentina, que comenzó el domingo 9 de marzo en el Aeropuerto de Hamburgo, busca maximizar el impacto y la efectividad de las acciones en un contexto de negociaciones salariales que se han vuelto cada vez más tensas.
Las conversaciones sobre los salarios en el sector público y en el ámbito de la seguridad aeroportuaria, que comenzaron a principios de año, han enfrentado diversos obstáculos, lo que ha llevado a la necesidad de estos paros como una forma de presión. Estas dinámicas laborales, aunque complicadas, reflejan un deseo legítimo de los trabajadores por mejorar sus condiciones, algo que resuena profundamente en contextos donde el bienestar de los empleados es fundamental para el desarrollo de la economía y la estabilidad social.
