
El impacto persistente del Covid-19: el caso de la profesora Chimére Sweeney
Cuando la escuela de Chimére Sweeney, una profesora de inglés en Baltimore, cerró en marzo de 2020, esperaba regresar a sus alumnos una vez que Estados Unidos controlara el nuevo virus SARS-CoV-2. Sin embargo, la realidad fue muy diferente, ya que contrajo Covid poco después y nunca se recuperó completamente. Al inicio, Sweeney solo presentó dolores musculares, pero pronto experimentó ataques de pánico, visión borrosa, pérdida auditiva parcial y otros síntomas debilitantes. En tan solo un mes, había perdido 30 libras y, casi cinco años después, continua lidiando con un dolor corporal intenso, insomnio, depresión y otros problemas de salud.
Desde que la Organización Mundial de la Salud declaró el Covid-19 como una pandemia el 11 de marzo de 2020, la comunidad científica aún no comprende completamente por qué algunas personas desarrollan condiciones crónicas incapacitantes tras la infección inicial. A pesar de que Estados Unidos parece estar atravesando su primer invierno post-pandémico sin un aumento significativo de casos, cada infección conlleva el riesgo de desarrollar Covid persistente o «long Covid». Este fenómeno se caracteriza por más de 200 síntomas diferentes que afectan a diversos sistemas del cuerpo, y aunque se han identificado patrones, no existe una prueba aprobada ni un tratamiento recomendado para esta condición.
Las estimaciones del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) indican que aproximadamente 14 millones de adultos en Estados Unidos están viviendo con long Covid. Además, se estima que hasta 5.8 millones de niños pueden verse afectados, aunque los expertos advierten que estas cifras podrían estar subestimadas debido a la falta de un sistema de vigilancia oficial. La iniciativa RECOVER, lanzada por los Institutos Nacionales de Salud, busca investigar las causas del long Covid y posibles tratamientos, aunque algunos científicos y defensores de los pacientes señalan que esta investigación ha progresado más lentamente de lo esperado. En este contexto, se hace evidente la necesidad de desarrollar ensayos clínicos enfocados en los pacientes más afectados por esta condición debilitante.