Tensión política en el Gobierno por el gasto en Defensa
La relación entre los socios del Gobierno español se encuentra en un punto de tensión, en particular por la intención del presidente Pedro Sánchez de aumentar el gasto en Defensa. Este martes, Sánchez se reunió con la ministra de Trabajo y líder de Sumar, Yolanda Díaz, en un intento por minimizar las diferencias que existen entre ambas partes. Durante el encuentro, el presidente garantizó que no habrá recortes en el ámbito social, aunque las posturas distan considerablemente. Desde Moncloa se afirma que existe una «posición común», pero Sumar ha dejado claro que no apoyará al PSOE en este tema.
La coalición liderada por Díaz defiende un modelo de Defensa que sea «meramente defensivo y disuasorio», basado en el multilateralismo y la cooperación internacional en el marco de Naciones Unidas. Argumentan que el aumento del gasto militar por parte de los Estados miembros de forma individual no resuelve los problemas de coordinación y la falta de interoperabilidad de las Fuerzas Armadas de la Unión Europea. Actualmente, España es el país de la OTAN que menos invierte en Defensa, con un gasto que apenas supera el 1,2% del PIB, muy por debajo del objetivo europeo del 3%. A pesar de que el Gobierno se propone alcanzar el 2% «lo antes posible», los socios de Sánchez, como Compromís, han advertido que reconsiderarán su apoyo si se llega a un pacto con el PP para incrementar el presupuesto militar.
La reunión entre Sánchez y Díaz, que se prolongó durante dos horas, estuvo marcada por el rechazo de Sumar a las inversiones militares. Otros socios como Compromís, Chunta, IU y Comunes también se oponen firmemente a esta propuesta, considerándola una inclinación hacia una «espiral belicista». Díaz ha planteado la necesidad de avanzar hacia una autonomía estratégica para Europa, lo que implicaría un análisis transparente de las necesidades y un proyecto claro que aborde los cambios en el panorama geopolítico global, especialmente tras el regreso de Donald Trump a la política estadounidense. La coalición de izquierda considera esencial reducir la dependencia de la OTAN y de Estados Unidos en los ámbitos militar e industrial, argumentando que esto es crucial para lograr una verdadera soberanía europea en estos sectores.
