
En los últimos días, ha surgido un debate en Bruselas sobre la posibilidad de suavizar las reglas de compensación por retrasos en los vuelos de pasajeros, lo que podría poner en riesgo la reputación de Europa como un espacio aéreo amigable con los consumidores. La normativa actual, conocida como EU261, en vigor desde 2005, establece derechos claros para los pasajeros que se enfrentan a retrasos o cancelaciones en sus vuelos.
La propuesta debatida, impulsada por Polonia, que actualmente preside el Consejo de la Unión Europea, contempla aumentar el umbral de tiempo para que los pasajeros puedan reclamar compensación, pasando de tres a cinco horas de retraso. Esta medida ha suscitado críticas por parte de expertos en derechos del consumidor, quienes argumentan que tal cambio podría desincentivar a las aerolíneas a mantener un servicio puntual.
El abogado Coby Benson, especializado en compensaciones por retrasos, ha señalado que «estos cambios serían enormemente perjudiciales para los consumidores», subrayando que el umbral actual de tres horas incentiva a las aerolíneas a operar de manera puntual. Si se eleva a cinco horas, las aerolíneas no enfrentarían consecuencias por retrasos prolongados, lo que conllevaría un aumento en las molestias para los pasajeros.
Contexto de la Regulación EU261
La Reglamento (CE) Nº 261/2004 es una regulación de la Unión Europea que establece los derechos de los pasajeros aéreos en caso de retrasos, cancelaciones y denegaciones de embarque. Esta normativa garantiza que los pasajeros tengan derecho a compensación y asistencia cuando sus planes de viaje no se cumplen. Sin embargo, el debate actual plantea la cuestión de si estas protecciones deberían mantenerse o ser modificadas en función de los intereses de las aerolíneas.
Organizaciones como Airlines4Europe, que representan alrededor del 70% del tráfico aéreo europeo, argumentan que aumentar el umbral de compensación podría, irónicamente, beneficiar a más pasajeros al incentivar a las aerolíneas a resolver los retrasos antes de que se alcance el nuevo límite. Esta afirmación, sin embargo, ha sido cuestionada por expertos que advierten que la reducción de derechos podría llevar a un aumento de los retrasos, ya que las aerolíneas podrían optar por retrasar los vuelos en lugar de cancelarlos.
En este contexto, el debate sobre la compensación por retrasos en los vuelos no solo toca aspectos económicos, sino que también plantea interrogantes sobre la protección del consumidor en Europa. La discusión sobre cómo equilibrar los intereses de las aerolíneas y los derechos de los pasajeros es un tema recurrente que refleja las tensiones inherentes en el sistema europeo, donde las políticas deben adaptarse a un entorno en constante cambio, al tiempo que se procura mantener altos estándares de protección al consumidor.
Con la propuesta aún en discusión, el futuro de la regulación EU261 y los derechos de los pasajeros en Europa se encuentra en una encrucijada. A medida que las conversaciones avanzan, se espera que las decisiones finales sean sometidas a votación tanto en el Parlamento Europeo como en el Consejo, lo que podría tener un impacto significativo en la experiencia de viaje de millones de pasajeros en el continente.