Wendy Williams, conocida presentadora de televisión estadounidense, se encuentra en el centro de una controversia legal relacionada con su tutela. A sus 60 años, Williams ha expresado su deseo de liberarse de esta situación, que ella misma ha descrito como una “prisión de lujo”. Su tutora, la abogada designada por el tribunal Sabrina Morrissey, ha estado a cargo de sus finanzas y bienestar desde 2022, tras un diagnóstico de demencia frontotemporal.
Recientemente, la policía de Nueva York realizó un chequeo de bienestar en la residencia asistida donde vive Williams, tras la aparición de un mensaje que la presentadora lanzó por la ventana: “¡Ayuda! ¡Wendy!”. Posteriormente, fue trasladada a un hospital para ser evaluada. En una llamada desde el hospital, Williams afirmó haber superado una evaluación cognitiva y solicitó ser evaluada independientemente, sin la supervisión de su tutora.
Durante la llamada, Williams estuvo acompañada por Ginalisa Monterroso, una cuidadora a la que considera amiga, quien ha tomado medidas para que los resultados de la evaluación sean presentados al juez que supervisa la tutela. Monterroso también fue la que contactó a las autoridades para el chequeo de bienestar y ha presentado un informe a los Servicios de Protección de Adultos.
“Salir de esta tutela es lo más importante para mí”, declaró Williams. Su abogada, Morrissey, ha defendido su papel argumentando que la salud y seguridad de Williams son su prioridad. Sin embargo, Williams ha denunciado condiciones restrictivas en su residencial, como la limitación de visitas y la administración de medicamentos que no puede identificar.
El pasado mes de febrero, Morrissey anunció que Williams había sido diagnosticada con demencia frontotemporal, lo que ha generado preocupación sobre la gestión de su tutela. A pesar de esto, Williams ha negado que esté cognitivamente incapacitada y ha solicitado ser liberada, comparando su situación con la del movimiento #FreeBritney, que abogó por la liberación de Britney Spears de su tutela en 2021.
La situación de Williams ha sido objeto de críticas por parte de expertos en derecho sanitario, quienes advierten sobre los peligros de las tutelas mal gestionadas. Harry Nelson, abogado especializado, ha señalado que las alegaciones de abuso en la toma de decisiones por parte de tutores no son infrecuentes y que las voces de los tutelados deben ser escuchadas con atención.
Los esfuerzos de Williams por recuperar su independencia se han visto obstaculizados por la complejidad del sistema judicial. A menudo, las personas bajo tutela no comprenden cómo comunicarse de forma efectiva con el tribunal, lo que puede llevar a que sus preocupaciones no sean adecuadamente atendidas. Además, los tutores a veces pueden exagerar el grado de incapacidad de sus tutelados para justificar su control sobre sus vidas.
El camino hacia la posible revocación de la tutela de Williams implicará presentar nuevas evaluaciones cognitivas y un plan que muestre su capacidad para manejar sus decisiones financieras y de salud. Aunque su situación es preocupante, su determinación por recuperar su autonomía sigue siendo evidente en sus declaraciones.
