
La complejidad del gobierno de coalición en España
En enero de 2020, Pedro Sánchez asumió el reto de formar su primer gobierno de coalición tras las elecciones generales. Aunque el PSOE había obtenido una victoria electoral, no logró la mayoría absoluta, lo que llevó a Sánchez a pactar con Podemos para incluir a varios de sus ministros en el Ejecutivo. Desde el inicio de esta colaboración, el gobierno estableció una premisa fundamental: múltiples voces, pero una única palabra. Sin embargo, esta estrategia se vio rápidamente comprometida, ya que los ministros de Podemos buscaron expresar no solo su propia voz, sino también una palabra diferenciada de la del PSOE, lo que generó tensiones desde los primeros días de la legislatura.
Actualmente, la situación se complica aún más con la entrada de Sumar en el panorama político. Aunque Podemos ya no forma parte del gobierno, Sumar ha asumido su rol, pero las discrepancias entre el PSOE y este nuevo socio son evidentes. Los desacuerdos en cuestiones cruciales, como el aumento del gasto militar y la tributación del salario mínimo, han puesto de manifiesto las diferencias ideológicas que persisten entre ambos partidos. Además, Sumar enfrenta desafíos internos y conflictos con Podemos, lo que agrava la inestabilidad dentro de la coalición. A su vez, los partidos independentistas catalanes también han intensificado sus enfrentamientos, lo que añade una capa adicional de complejidad a la gobernanza.
A pesar de las tensiones y conflictos que caracterizan este gobierno de coalición, hay un aspecto que permanece constante: el compromiso de todos los actores políticos involucrados de mantener a Pedro Sánchez en la presidencia. Este pacto implícito, que trasciende las diferencias ideológicas y los conflictos internos, sugiere que, a pesar de las dificultades, el objetivo común de preservar la estabilidad del gobierno es un motor que sigue impulsando la política en España. Este escenario resalta la necesidad de una gestión eficaz y de un diálogo constructivo entre los diferentes partidos, dado que la cohesión del gobierno dependerá de su capacidad para encontrar puntos de acuerdo en medio de la discordia.