
El UCLA Anderson Forecast, una entidad reconocida por sus análisis económicos, ha emitido recientemente su primera alerta de «recesión» en respuesta a las políticas económicas implementadas durante la administración de Donald Trump. Este aviso pone de manifiesto los posibles efectos adversos que podrían derivarse de decisiones sobre tarifas e inmigración, así como de la reducción de la fuerza laboral federal.
El informe titulado «Las políticas de Trump, si se implementan plenamente, prometen una recesión», advierte que, aunque no hay signos inmediatos de recesión, la posibilidad de que surja en un futuro cercano es real. Este tipo de advertencias suelen estar basadas en una serie de indicadores económicos que miden la producción, el empleo y el crecimiento. Actualmente, ninguno de estos indicadores se encuentra en niveles que justifiquen una declaración oficial de recesión por parte del Comité de Datación de Ciclos Económicos del National Bureau of Economic Research.
Factores de riesgo y la incertidumbre económica
Según la encuesta de CNBC publicada recientemente, la probabilidad de recesión ha aumentado del 23% al 36% en el último mes, aunque sigue siendo inferior al 50% que se registró en el período posterior a la pandemia. Esto refleja la complejidad de predecir una recesión, y más aún, de determinar si la economía ya se encuentra en una.
El análisis del UCLA Anderson Forecast destaca que las políticas de inmigración de la administración podrían generar escasez de mano de obra, mientras que las tarifas elevadas resultarían en un aumento de precios, lo que podría llevar a una contracción en el sector manufacturero. Asimismo, los cambios en el gasto federal podrían reducir el empleo entre los trabajadores gubernamentales y los contratistas privados. La combinación de estos factores podría crear un entorno propicio para el surgimiento de una recesión.
A pesar de la posibilidad de recesión, funcionarios de la administración, incluido el propio presidente, han hablado de un «período de transición» que podría resultar beneficioso a largo plazo. Esta visión optimista contrasta con la realidad de que las recesiones a menudo son el resultado de choques inesperados en la economía, como se ha visto en el pasado. La reciente caída en la confianza empresarial y del consumidor sugiere que muchos no estaban preparados para la magnitud de las políticas que se están implementando.
El informe también señala que, aunque no se puede predecir con exactitud el momento de un posible descenso económico, se están empezando a observar debilidades en los patrones de gasto de los hogares. Además, el sector financiero, con valoraciones de activos elevadas y nuevos riesgos introducidos, está en una posición que podría amplificar cualquier desaceleración. Se menciona también la posibilidad de que la recesión que se avecina tenga características de estanflación, un fenómeno que se produce cuando la inflación y el estancamiento económico coexisten.