
Burkina Faso y Malí han decidido retirarse de la Organización Internacional de la Francofonía (OIF), siguiendo el ejemplo de Níger, que había anunciado previamente su salida de esta institución con sede en París. La decisión de los gobiernos burkinabés y maliense se basa en la percepción de que la OIF ha dejado de cumplir su misión original de promover la cooperación cultural y técnica, convirtiéndose en una herramienta de “manipulación política”.
En un comunicado oficial, el gobierno de Burkina Faso expresó que “no puede continuar su cooperación con una institución que ya no satisface sus expectativas legítimas en términos de justicia, igualdad y equidad”, según reportó el medio estatal AIB. Por su parte, el gobierno de Níger había suspendido previamente toda cooperación con la OIF tras el golpe de estado de julio de 2023, acusando a la organización de defender intereses franceses en la región.
La respuesta de Malí y la OIF
El lunes, Malí, que actualmente preside la Alianza de Estados del Sahel (AES), anunció su decisión de retirar a los “estados miembros de la confederación AES” de la OIF. Esta alianza, formada por Bamako, Ouagadougou y Niamey, busca fortalecer la cooperación entre estos países en un contexto de creciente inestabilidad.
La OIF, que agrupa a 88 miembros y tiene como misión promover la lengua francesa, la paz y la democracia, así como fomentar la educación y el desarrollo en los países francófonos, ha enfrentado críticas por su actuación tras los recientes golpes de estado en la región. De hecho, la organización suspendió a Malí, Burkina Faso y Níger tras estos eventos, lo que ha llevado a los gobiernos de estos países a acusar a la OIF de aplicar sanciones de manera selectiva y de ignorar su soberanía.
Un comunicado conjunto del Ministerio de Relaciones Exteriores de Malí señala que los líderes transitorios de los tres estados del Sahel han decidido abandonar la OIF como parte de sus esfuerzos por defender los “intereses legítimos” de sus naciones. Esta decisión se enmarca en un contexto más amplio de deterioro de las relaciones entre Bamako, Niamey y Ouagadougou con París, especialmente tras la terminación de la cooperación en materia de defensa con Francia, acusada de injerencia y de no haber logrado frenar la insurgencia yihadista en la región del Sahel.
La portavoz de la OIF, Oria Vande Weghe, lamentó la salida de los estados de la AES, pero subrayó que debe ser respetada. En declaraciones a la cadena pública francesa TV5 Monde, Vande Weghe afirmó que la OIF se considera “daño colateral en una situación geopolítica que está más allá de su control”.