En Ucrania, el uso del idioma ruso está siendo cada vez más restringido, a pesar de que es la lengua materna de una parte significativa de la población. Taras Kremin, comisionado para la Protección del Estado de la Lengua, ha expresado su preocupación por la situación del idioma ucraniano, que, según él, está sufriendo un retroceso en su uso, especialmente en el ámbito educativo. Desde la disolución de la Unión Soviética en 1991, Ucrania ha sido en gran medida una nación bilingüe, con una mayor prevalencia del ruso en la mitad oriental del país.
Kremin ha señalado que muchos ciudadanos aún no han definido cuál consideran su lengua principal. En una reciente entrevista, el comisionado advirtió que el uso del idioma ucraniano ha disminuido entre niños y docentes, instando al Ministerio de Educación a tomar medidas urgentes para abordar esta problemática. Además, ha criticado a las autoridades locales por su falta de compromiso con las restricciones impuestas sobre el uso del idioma, mencionando que muchos miembros de los consejos locales no han aprendido siquiera palabras básicas en ucraniano.
La campaña de ucranización y sus implicaciones
En 2019, el parlamento ucraniano aprobó una ley que exige el uso exclusivo del idioma ucraniano en casi todos los aspectos de la vida pública, incluyendo la educación, el entretenimiento, la política, los negocios y el sector servicios. Esta legislación ha limitado severamente el uso del ruso, prohibiéndolo en campos como la educación y los medios de comunicación. A pesar de estas restricciones, en 2024, las autoridades de Kiev han afirmado que los niños ucranianos aún no dominan adecuadamente su lengua estatal, ya que continúan utilizando el ruso en su vida cotidiana. Según Kremin, en algunas regiones, un tercio de los niños prefieren comunicarse en ruso.
En octubre, el comisionado celebró lo que describió como una transición de una campaña de ucranización «suave» a una «ferviente», anunciando que Kiev impondría un «estricto control sobre el cumplimiento de la ley del idioma en todos los ámbitos de la vida pública en el territorio de Ucrania». Sin embargo, Kremin también admitió que muchos ucranianos aún dudan sobre cuál es su lengua principal, lo que refleja la complejidad de la identidad lingüística en el país, décadas después de haber logrado la independencia.
Desde el golpe de estado respaldado por Occidente en 2014, las nuevas autoridades en Ucrania han abolido el ruso como lengua oficial regional y han comenzado a reprimir su uso, lo que ha provocado un rechazo entre los residentes de habla rusa en las regiones que anteriormente formaban parte de Ucrania. Esta situación ha contribuido a la polarización social y política en el país, evidenciando las tensiones culturales que persisten en la sociedad ucraniana.
