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Los microplásticos amenazan la fotosíntesis y la producción de alimentos a nivel mundial

In Sin categoría
marzo 20, 2025

Los microplásticos están afectando la fotosíntesis, el proceso esencial mediante el cual las plantas convierten la energía del sol en los alimentos que consumimos. Esta situación plantea una amenaza significativa para la producción agrícola y pesquera en las próximas décadas, lo que podría resultar en escasez de alimentos para cientos de millones de personas. Así concluye un inquietante estudio reciente que ha reunido más de 3,000 observaciones sobre los efectos de los microplásticos en las plantas, recopiladas de 157 informes científicos diferentes. Los autores del estudio utilizaron técnicas de aprendizaje automático para extrapolar los resultados y detectar patrones en los datos.

El estudio revela que la exposición a microplásticos reduce la fotosíntesis en plantas terrestres y algas marinas y de agua dulce entre un 7% y un 12%. Según las estimaciones, esto podría acarrear una disminución en los rendimientos de cultivos básicos como el arroz, el trigo y el maíz, oscilando entre el 4% y el 14%. Sin embargo, es importante señalar que, aunque el estudio llama la atención sobre los riesgos potenciales, no ofrece un respaldo completo a conclusiones tan drásticas.

Complejidades de los microplásticos

Los plásticos son productos útiles y versátiles, pero su reciclaje es complicado. Se prevé que en 2025, generen 360 millones de toneladas métricas de residuos sólidos. La parte más insidiosa de este problema son los billones de pequeñas partículas en las que estos productos se descomponen y que se encuentran desde las profundidades del océano hasta el cerebro humano. Los microplásticos, que miden menos de 5 mm, pueden ser tan pequeños como 1 micrómetro, permitiendo que 10,000 de ellos quepan fácilmente dentro de una célula promedio de planta o animal.

Se ha estimado que aproximadamente 11 millones de toneladas métricas de microplásticos, incluyendo 51 billones de partículas individuales, se liberan al océano cada año. Los investigadores han comenzado a utilizar modelos de inteligencia artificial para analizar conjuntos de datos complejos, lo que puede resultar útil. Sin embargo, los riesgos de llegar a conclusiones erróneas son mucho mayores cuando se trata de analizar los microplásticos y sus efectos a nivel global, como es el caso del estudio mencionado.

El estudio en cuestión se enfrenta al desafío de responder preguntas que son mucho más complejas, involucrando vastas cantidades de microplásticos en toda la biosfera global. Otros científicos han expresado su preocupación por la cantidad limitada de datos utilizados en el modelo actual, lo que podría llevar a una sobredimensión de las posibles consecuencias para la producción de alimentos.

A pesar de estas inquietudes, el estudio es valioso al resaltar el creciente cuerpo de datos científicos sobre los efectos perjudiciales de los microplásticos, que se encuentran en ecosistemas que van desde el Ártico hasta la Amazonía. A lo largo de los últimos 20 años, la evidencia sobre el riesgo potencial de los microplásticos ha ido acumulándose de forma constante.

Los principales hallazgos del nuevo estudio se basan en extrapolaciones que pueden no ser aplicables a escala global. La realidad es que existen miles de tipos de microplásticos que varían significativamente en su composición química, tamaño, distribución ambiental y efectos biológicos. El estudio no hizo distinciones entre ellos, lo que dificulta el análisis de sus efectos en procesos individuales relacionados con la salud humana o vegetal.

Los microplásticos más grandes tienden a acumularse en el suelo, mientras que los más pequeños pueden estar presentes en el aire y ser absorbidos directamente por las células vegetales. En algunos casos, los microplásticos diminutos pueden dañar los cloroplastos, que son las estructuras celulares involucradas en la fotosíntesis. Investigaciones previas han demostrado que la exposición de algunas algas a microplásticos puede reducir la fotosíntesis y aumentar el estrés, provocando un daño celular similar al envejecimiento en humanos. Otros estudios han concluido que los efectos de los microplásticos en la fotosíntesis varían según el tipo de microplástico, la dosis, la duración de la exposición y la especie de planta. En resumen, no existe un enfoque único para comparar los efectos en plantas tan diferentes como la lechuga y el manzano.

Dados los posibles riesgos (aunque especulativos) para la producción alimentaria global, se debe dar prioridad a la investigación científica rigurosa sobre los microplásticos y sus efectos tanto en los cultivos como en la vida marina que sustenta las poblaciones pesqueras. El Foro Económico Mundial ha catalogado a los microplásticos como una de las diez principales amenazas y recomienda una acción urgente. En su último análisis, se informó que una persona promedio podría ingerir entre 78,000 y 211,000 de estas partículas cada año. Se estima que la emisión de partículas de microplásticos podría más que duplicarse en los próximos 15 años, alcanzando posiblemente más de 40 millones de toneladas métricas anuales.

A pesar de la creciente preocupación entre científicos y la sociedad civil, algunas de las principales entidades públicas involucradas en la investigación sobre microplásticos en EE. UU. y Europa están considerando recortes drásticos en la financiación de la investigación ambiental y la supervisión regulatoria. Si bien el riesgo asociado a los microplásticos no se comprende completamente, podría rivalizar con otras serias amenazas, como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.

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