En el contexto actual del mercado inmobiliario estadounidense, se están observando incrementos significativos en los precios de construcción, impulsados principalmente por la incertidumbre en torno a las tarifas impuestas por el gobierno de Donald Trump. Según Jon Paul Pérez, CEO del reconocido desarrollador Related Group, los contratistas están elevando sus precios hasta en un 20% para anticipar el impacto de las tarifas sobre ciertos materiales, como el acero y el aluminio, provenientes de Canadá y México.
Desde que se anunciaron tarifas del 25% sobre una serie de bienes, la preocupación sobre el aumento de costos ha llevado a muchos contratistas a ajustar sus ofertas, provocando una presión adicional sobre un mercado inmobiliario que ya se encuentra bajo el peso de precios elevados y tasas hipotecarias en ascenso. Esto podría resultar en un incremento de aproximadamente $9,200 en el costo de una vivienda típica, según datos de la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas.
Impacto de las políticas de inmigración y tarifas
Además de las tarifas, la política de inmigración del actual gobierno también está generando inquietudes en el sector de la construcción. Pérez señala que la industria depende en gran medida de la mano de obra extranjera, y la reducción en la disponibilidad de estos trabajadores podría acarrear un efecto inflacionario significativo. Este contexto se agrava por la volatilidad en el mercado, donde muchos compradores de condominios, especialmente de Canadá y América Latina, se muestran cautelosos ante las posibles repercusiones de las políticas migratorias.
El CEO de Related Group destaca que, aunque el segmento de lujo del mercado sigue siendo sólido, los compradores de la «clase media», es decir, aquellos que buscan propiedades en el rango de $1 millón a $3 millones, están adoptando una postura más reservada. La incertidumbre generada por las tarifas y las políticas de inmigración ha llevado a algunos compradores a desistir de cerrar tratos, afectando las ventas y el dinamismo en el sector.
Sin embargo, a pesar de estos desafíos, el mercado de alto standing continúa mostrando fortaleza. Proyectos como los penthouses en Fisher Island, que se vendieron por un total de $150 millones, son indicativos de que los compradores más adinerados permanecen activos, ajenos en gran medida a las fluctuaciones del mercado general.
En resumen, el panorama actual del mercado inmobiliario estadounidense refleja una serie de tensiones provocadas por políticas económicas y migratorias que, si bien pueden favorecer a ciertos sectores, también presentan retos significativos para otros. La capacidad de adaptación y la previsión en la gestión de proyectos serán claves para enfrentar estos tiempos de incertidumbre.
