
La planta de energía nuclear Palisades, situada en la costa del Lago Michigan, se encuentra en un momento crucial en su historia, ya que se prepara para reiniciar operaciones tras haber estado cerrada durante tres años. Este esfuerzo no solo representa un hito para la instalación, sino que también podría allanar el camino para la reactivación de otras plantas nucleares que han sido desactivadas en Estados Unidos.
Desde su apertura en 1971, Palisades ha enfrentado numerosos desafíos. Su cierre en 2022 fue parte de una tendencia más amplia, donde varias plantas nucleares han cerrado debido a la competencia de fuentes de energía más baratas como el gas natural y las energías renovables. Sin embargo, la reciente inyección de fondos por parte del gobierno, incluyendo un préstamo garantizado de 1.5 mil millones de dólares del Departamento de Energía, subraya un renovado interés en la energía nuclear como una fuente fiable y libre de carbono.
La empresa propietaria, Holtec International, ha manifestado su intención de reiniciar Palisades este otoño, aunque enfrenta importantes reparaciones en sus generadores de vapor, elementos cruciales para la seguridad de la planta. Estas reparaciones son necesarias para garantizar que el reactor cumpla con los estándares de seguridad establecidos por la Comisión Reguladora Nuclear (NRC). Las inspecciones han revelado más de 1,400 indicios de corrosión en más de 1,000 tubos de los generadores, lo que plantea serias preocupaciones sobre la integridad de la planta.
Desafíos técnicos y regulativos
Los tubos en cuestión son vitales para proteger la salud pública; una ruptura podría resultar en la liberación de material radiactivo al medio ambiente. A pesar de estos riesgos, Holtec ha afirmado que los tubos son «totalmente reparables». Sin embargo, la NRC ha expresado dudas sobre el cronograma propuesto por la empresa, lo que refleja la precaución que se debe tener en la industria nuclear, especialmente después de incidentes pasados que han sembrado la desconfianza en el público.
La historia de la planta está marcada por decisiones difíciles. Anteriormente, Entergy, la empresa que la operó antes de Holtec, optó por no reemplazar los generadores de vapor, considerando que la inversión no era económicamente viable. Esta decisión ha llevado a la situación actual, donde la planta necesita reparaciones significativas para reiniciar su funcionamiento. La gobernadora de Michigan ha defendido el mantenimiento de la planta, destacando su importancia para el empleo y la necesidad de fuentes de energía confiables.
Pese a las dificultades, el interés por la energía nuclear está resurgiendo en EE.UU., impulsado por la búsqueda de alternativas energéticas que sean sostenibles y menos contaminantes. Este resurgimiento, que algunos han denominado un «renacimiento nuclear», se produce en un contexto donde la preocupación por el cambio climático está llevando a muchos a reconsiderar la nuclear como una opción viable y necesaria.
El caso de Palisades no solo representa un desafío técnico, sino que también es un reflejo de las tensiones políticas y económicas que afectan a la industria nuclear en general. La reactivación de esta planta podría ser un paso importante hacia un futuro energético más sostenible y confiable, alineándose con la visión de aquellos que abogan por el desarrollo de fuentes de energía que combinen seguridad y responsabilidad ambiental.