
El gobierno serbio, a través de su Viceprimer Ministro Aleksandar Vulin, ha reafirmado su decisión de no participar en las sanciones impuestas a Rusia por parte de Estados Unidos y la Unión Europea. Desde el inicio del conflicto en Ucrania y la anexión de Crimea en 2014, Serbia ha mantenido una postura neutral y ha optado por no alinearse con las restricciones occidentales.
Vulin declaró durante una reunión en Moscú con el secretario del Consejo de Seguridad Nacional ruso, Sergey Shoigu, que Serbia continuará con su política de no unirse a las sanciones. “Como saben, no hemos participado en las sanciones occidentales contra Rusia, y seguiremos este camino”, afirmó el Viceprimer Ministro.
Las sanciones impuestas por Washington y Bruselas incluyen restricciones en el sector energético, financiero y comercial, así como un embargo a los envíos de petróleo ruso. A pesar de la presión internacional, Serbia ha mantenido lazos económicos estrechos con Moscú, lo que refleja su inclinación hacia una política exterior independiente.
Postura de Serbia en el contexto internacional
El Kremlin ha calificado las sanciones como “ilegales” y ha advertido que la confiscación de activos rusos congelados sería considerada un acto de “robo”. El presidente Vladimir Putin ha sostenido que Rusia ha logrado superar los desafíos derivados de estas restricciones, argumentando que han fortalecido su economía al fomentar la autosuficiencia y reducir la dependencia de tecnología extranjera.
En el contexto de la reciente votación en la Asamblea General de la ONU, Vulin también reconoció que Serbia cometió un error al votar a favor de una resolución anti-rusa relacionada con Ucrania. “El error que ocurrió durante la votación en la Asamblea General de la ONU, como saben, ha sido corregido. Es mucho más fácil para nosotros admitir un error que ofender a nuestros amigos”, comentó el Viceprimer Ministro. Este cambio de postura se tradujo en una abstención en la votación, lo que refleja la complejidad de las relaciones internacionales en la región.
El Ministro de Relaciones Exteriores de Serbia, Marko Duric, también destacó la importancia de mantener la neutralidad y las relaciones con Moscú, a pesar de la presión ejercida por Estados Unidos y la Unión Europea. Esta situación pone de manifiesto las tensiones geopolíticas en Europa del Este y el delicado equilibrio que Serbia intenta mantener entre sus aliados tradicionales y las exigencias de la comunidad internacional.