143 views 4 mins 0 comments

La ciencia y la tradición se unen para restaurar las reliquias de la Ciudad Prohibida en Pekín

In Sin categoría
marzo 24, 2025

La restauración de los relicarios en la Ciudad Prohibida de Pekín es un proceso que combina la antigüedad y la modernidad, donde la ciencia se entrelaza con técnicas tradicionales. En un laboratorio que parece más un centro de investigación que un museo, restauradores analizan fragmentos de los tesoros imperiales, como azulejos de tejados y relojes antiguos, usando tecnología avanzada como máquinas de difracción de rayos X. Este enfoque científico permite comprender mejor los materiales y su estado de conservación, lo cual es crucial para preservar la historia de China.

En el corazón de la Ciudad Prohibida, hoy conocido como el Museo del Palacio, un equipo de aproximadamente 150 trabajadores se dedica a la conservación de más de 1.8 millones de objetos. Estos incluyen pinturas en rollo, caligrafía, bronces, cerámica y, sorprendentemente, relojes antiguos que fueron obsequiados a los emperadores por visitantes europeos en épocas pasadas.

El arte de la restauración

El restaurador Kang Baoqiang, quien forma parte de este equipo, explica: «Queremos aprender qué es el material negro que aparece en la superficie de un azulejo, ya sea un sedimento atmosférico o una alteración significativa proveniente de su interior». Este tipo de investigación es fundamental para la conservación de artefactos que han sobrevivido a siglos de cambios políticos y culturales.

El trabajo de restauración es meticuloso y, a menudo, monótono. Por ejemplo, otros restauradores se encuentran parcheando paneles de seda verde decorados con el carácter chino que simboliza la «longevidad». Este proceso, conocido como «retocado», implica no solo la reparación de daños, sino también la adición de color para lograr una armonía visual en la pieza restaurada.

La historia de la Ciudad Prohibida es rica y compleja. Durante la Segunda Guerra Mundial, muchos tesoros fueron evacuados para protegerlos de las fuerzas invasoras japonesas. Posteriormente, tras la guerra civil que llevó al Partido Comunista al poder en 1949, los nacionalistas se llevaron gran parte de las piezas más valiosas a Taiwán, donde se encuentran en el Museo del Palacio Nacional.

El actual Museo del Palacio ha trabajado arduamente para recuperar y reconstruir su colección. Qu Feng, jefe del Departamento de Conservación del museo, menciona que las técnicas de restauración han evolucionado, pero las tradiciones siguen siendo la base del trabajo. «Cuando preservamos una pieza antigua, protegemos los valores culturales que lleva consigo», afirma Qu, subrayando el compromiso del museo con la herencia cultural de China.

Este enfoque en la restauración no solo busca revivir objetos de valor histórico, sino también educar al público sobre la importancia de la conservación del patrimonio cultural. En un mundo donde las guerras y las crisis políticas amenazan con borrar el pasado, el trabajo de estos restauradores se erige como un bastión de resistencia cultural y un recordatorio de la riqueza de la historia china.

/ Published posts: 11201

Diario obrero y republicano fundado el 14 de Abril de 2006.