En un acto que busca cambiar la percepción de Molenbeek, un distrito de Bruselas con una historia reciente marcada por la violencia y la radicalización, aproximadamente 500 personas se reunieron el pasado domingo para celebrar el Iftar en la iglesia Saint-Jean-Baptiste. Este evento se enmarca dentro de la candidatura de Molenbeek para convertirse en la Capital Europea de la Cultura en 2030, un esfuerzo que pretende revitalizar la imagen del distrito a través de la diversidad cultural.
La elección de la fecha no fue casual, ya que coincidía con el noveno aniversario de los atentados de Bruselas del 22 de marzo de 2016, así como con los ataques en París de 2015. Molenbeek ha sido objeto de investigaciones tras ser vinculada a varios de los sospechosos de estos ataques, lo que ha alimentado una reputación negativa que persiste hasta hoy. Sin embargo, la organización Molenbeek for Brussels 2030 considera que esta candidatura es una oportunidad para reescribir la narrativa del distrito y resaltar su riqueza cultural.
Jasmine del Monte, directora de la organización Stronger with Words y asistente al Iftar, destacó que celebrar este evento en una iglesia simboliza la diversidad, la inclusión y el multiculturalismo que caracterizan a Molenbeek. Con una población compuesta por 140 nacionalidades y múltiples lenguas, el encuentro representó «la unión de muchas religiones, culturas y orígenes». Según la organización Molenbeek for Brussels 2030, el Iftar, al igual que la Cuaresma cristiana y la festividad judía de Purim, simboliza un tiempo de solidaridad y unidad.
La candidatura de Molenbeek ha sido concebida en un contexto de polarización política y social en Europa, donde el aumento de la retórica antiinmigrante ha contribuido a la estigmatización de comunidades como la de Molenbeek. Fatima Zibouh, co-responsable de la organización, subrayó que este momento es crucial para conectar a las personas y fomentar la generosidad, la empatía y la desinteresada colaboración. La temática de la candidatura, ‘Sadaka’, que significa ‘generosidad y solidaridad’, busca resaltar estos valores esenciales en un tiempo de creciente división.
El evento del Iftar fue solo una de las múltiples actividades que Molenbeek ha llevado a cabo en los últimos tiempos, con un notable protagonismo de los jóvenes, quienes son considerados el futuro de Europa. Del Monte enfatizó el papel activo que desempeñan los jóvenes en la redefinición del distrito, aportando ideas y energía a una comunidad que busca salir adelante.
Molenbeek compite con otras ciudades belgas, como Leuven y Namur, por el título de Capital Europea de la Cultura, que se anunciará en septiembre. Esta distinción no solo ofrece a la ciudad ganadora la oportunidad de organizar una serie de eventos culturales durante un año, sino que también puede ser un factor clave para cambiar la narrativa de una comunidad que ha enfrentado importantes desafíos socioeconómicos.
