
Radio Free Europe/Radio Liberty (RFE/RL), una de las principales emisoras de radio financiadas por el gobierno de Estados Unidos, ha anunciado que recibirá 7,46 millones de dólares de la Agencia de Medios Globales de EE. UU. (USAGM), tras la liberación de una parte de un subsidio que había sido retenido durante la administración del expresidente Donald Trump. Este anuncio se produce en un contexto de tensiones y críticas hacia la agencia, que ha sido objeto de controversia en los últimos años.
La USAGM, que supervisa varias entidades de medios internacionales financiadas por el estado, ha enfrentado presiones para reducir su tamaño y presupuesto. Kari Lake, asesora especial de Trump en la USAGM, ha calificado a la agencia como un «gran lastre para el contribuyente estadounidense», argumentando que no es «salvable». Lake también ha afirmado haber descubierto irregularidades dentro de la agencia, incluyendo supuestas violaciones de seguridad nacional y la infiltración de espías y simpatizantes de terroristas.
Financiación y futuro incierto
El dinero que se liberará cubre un periodo específico, del 1 al 14 de marzo, justo un día antes de que Trump firmara una orden ejecutiva que efectivamente desmantelaba las operaciones de la USAGM. Stephen Capus, presidente y CEO de RFE/RL, expresó su esperanza de que esta inyección de fondos les permita «mantener las luces encendidas» hasta que se resuelva un caso judicial más amplio relacionado con la financiación de la emisora.
Capus subrayó que es «ilegal» negarles los fondos que el Congreso ya había asignado a RFE/RL para el resto del año fiscal. Sin embargo, Abigail Stout, abogada del Departamento de Justicia de EE. UU. que representa a la USAGM, argumentó que la agencia tiene el derecho de cancelar el subsidio si RFE/RL incumple las disposiciones establecidas en la Ley de Radiodifusión Internacional, lo que añade un nivel de incertidumbre sobre el futuro de la emisora.
RFE/RL fue fundada en la década de 1950 como un esfuerzo por parte de la CIA para difundir propaganda prooccidental en el bloque del Este, mientras que Radio Liberty se centraba en la Unión Soviética. En los años 70, ambas emisoras se fusionaron en una sola entidad. A pesar de que la USAGM y sus emisoras insisten en que ofrecen una cobertura imparcial en cerca de 100 países, muchos críticos las consideran herramientas de propaganda al servicio de Washington.