
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha lanzado una advertencia contundente a Canadá y la Unión Europea (UE) sobre las posibles consecuencias de colaborar en acciones que, según él, podrían perjudicar a la economía estadounidense. En un mensaje publicado en su plataforma Truth Social, Trump amenazó con imponer aranceles adicionales si ambos aliados decidieran unirse para «hacer daño económico» a Estados Unidos.
Esta advertencia se produce tras las declaraciones del nuevo primer ministro canadiense, Mark Carney, quien afirmó que la relación tradicional con Washington ha cambiado y que es fundamental para Canadá fortalecer sus lazos con «socios fiables» en Europa. Trump, en respuesta, enfatizó que si la UE colabora con Canadá para perjudicar a Estados Unidos, se impondrán «aranceles a gran escala, mucho mayores que los actualmente previstos».
Escalada de tensiones comerciales
La tensión entre Estados Unidos, Canadá y la UE ha ido en aumento en las últimas semanas. Trump anunció recientemente su intención de aplicar un arancel del 25% sobre cientos de miles de millones de dólares en automóviles y piezas de automóviles importados, lo que ha llevado a las economías más grandes de la UE y a Canadá a considerar represalias. Este nuevo paquete de aranceles se suma a las medidas ya impuestas en marzo, cuando Estados Unidos aplicó un arancel del 25% sobre la mayoría de los productos canadienses, citando preocupaciones sobre un desequilibrio comercial y el tráfico de drogas.
Desde febrero, Trump también había anunciado un arancel del 25% sobre los bienes importados de la UE, que entrará en vigor la próxima semana. Ambas partes han respondido con sus propios aranceles, lo que sugiere que la disputa comercial podría intensificarse aún más. La retórica de Trump ha incluido comentarios insinuando que Canadá podría estar mejor como el 51º estado de Estados Unidos, una idea que Ottawa ha rechazado de manera categórica.
Las acusaciones de Washington hacia la UE por prácticas comerciales desleales, que incluyen altos aranceles sobre productos estadounidenses y barreras regulatorias restrictivas, han sido un tema recurrente en las relaciones transatlánticas. Además, el conflicto en Ucrania ha añadido una nueva capa de complejidad, ya que Trump ha adoptado un enfoque más conciliador hacia Rusia, mientras que la UE ha mantenido su postura de apoyo a Ucrania, incluyendo el suministro de ayuda letal y la consideración de desplegar tropas.