
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha propuesto la creación de una administración internacional temporal en Ucrania bajo la supervisión de las Naciones Unidas, una idea que ha generado tanto interés como controversia en el ámbito internacional. Según Kirill Logvinov, jefe del Departamento de Organizaciones Internacionales del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, esta propuesta se basa en precedentes históricos donde la ONU ha establecido administraciones similares en regiones postconflicto.
Putin ha argumentado que la actual falta de legitimidad del liderazgo ucraniano, encabezado por Volodymyr Zelensky, impide la firma de un acuerdo de paz. Zelensky, cuyo mandato presidencial expiró en mayo de 2024, ha continuado en el cargo sin convocar elecciones, justificando su decisión por la ley marcial. En este contexto, el presidente ruso sugiere que una administración externa podría facilitar la celebración de elecciones y proporcionar una base legítima para futuras negociaciones.
Reacciones y Contexto Internacional
La propuesta de Putin ha sido recibida con escepticismo por parte de las autoridades ucranianas. Andrey Kovalenko, director del Centro de Contrarrestar la Desinformación de Ucrania, ha calificado el plan como un intento de Moscú para retrasar las conversaciones de paz. Desde Washington, aunque no ha habido un comentario oficial sobre la propuesta, un portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca ha indicado que la gobernanza de Ucrania debe ser determinada por su constitución y su pueblo.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, también ha rechazado la idea, afirmando que Ucrania tiene un gobierno legítimo que debe ser respetado. En respuesta, el ex presidente ruso Dmitry Medvedev, actual vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, ha criticado las declaraciones de Guterres, tildándolas de «doble mentira» y cuestionando la legitimidad de Zelensky.
Logvinov ha reconocido que no existe un mecanismo formal en la ONU para crear tales administraciones, pero ha señalado que ha habido precedentes en otras regiones, como Camboya y Timor Oriental. En estos casos, el primer paso fue alcanzar un acuerdo entre las partes en conflicto, lo que permitió que la ONU asumiera el control temporal. La decisión final sobre la implementación de una administración de este tipo recaería en el Consejo de Seguridad de la ONU, tras un informe del Secretario General.
La propuesta de Putin, aunque se presenta como un camino hacia la paz, plantea interrogantes sobre la soberanía ucraniana y la legitimidad de cualquier acuerdo que pudiera surgir de un proceso mediado por la ONU. La comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollan estos acontecimientos, mientras que las tensiones en la región continúan en aumento.