
El ex primer ministro británico Boris Johnson ha vuelto a acaparar la atención mediática tras criticar la decisión del actual primer ministro, Keir Starmer, de incluir la serie de Netflix Adolescence en el currículo escolar de secundaria. La serie, que aborda temas como la masculinidad tóxica y la influencia de la ‘manosphere’, ha sido aclamada por su profunda narrativa y calidad cinematográfica.
Starmer se reunió con los creadores de Adolescence y describió la serie como una «antorcha que ilumina intensamente una combinación de problemas que muchas personas no saben cómo abordar». Su intención es fomentar un diálogo sobre el comportamiento en línea y las influencias negativas que enfrentan los jóvenes. La serie sigue la historia de un padre que enfrenta las consecuencias de la sospecha de que su hijo ha cometido un asesinato, lo que ha generado un debate cultural significativo.
Sin embargo, Johnson descalificó la serie tildándola de «tosh», un término que denota tonterías o insensateces. En su columna para el Daily Mail, argumentó que la representación de los «incels» como una causa del aumento de la violencia juvenil era irrelevante y criticó a Starmer por «decidir qué programas de televisión deben mostrarse a los niños». Además, sugirió que la decisión del gobierno demuestra una «cruel indiferencia» hacia las verdaderas necesidades educativas de los jóvenes.
En sus declaraciones, Johnson también introdujo un debate racial, afirmando que los perpetradores de la violencia juvenil son desproporcionadamente jóvenes de raza negra, una afirmación que ha sido refutada por Jack Thorne, co-creador de la serie. Thorne ha señalado que la serie no se centra en cuestiones raciales, sino que busca explorar la masculinidad y las presiones que enfrentan los jóvenes en la sociedad actual.
La reacción a las críticas de Johnson ha sido mixta. Algunos comentaristas, como el presentador Richard Bacon, han calificado sus observaciones de «lamentables». Otros han apuntado a la falta de recursos de salud mental para los jóvenes en el contexto de la austeridad del Partido Conservador, sugiriendo que estas carencias agravan los problemas que aborda la serie.
La controversia en torno a Adolescence no es nueva. La serie ha sido objeto de ataques por parte de comentaristas de extrema derecha, quienes han afirmado, sin fundamento, que su narrativa está basada en casos reales de crimen y que ha sido manipulada para ajustar la representación racial. Thorne ha desestimado estas acusaciones como absurdas, aclarando que la serie no se basa en ninguna historia real.
En un contexto más amplio, las declaraciones de Johnson han suscitado un debate sobre la responsabilidad de los líderes políticos en la configuración del discurso público sobre temas sensibles como la violencia juvenil y la masculinidad. La serie Adolescence busca abordar estos problemas de manera constructiva, mientras que las reacciones del ex primer ministro reflejan una desconexión con las realidades contemporáneas que enfrentan los jóvenes en Gran Bretaña.