
Frente a la emblemática Sagrada Familia de Barcelona, un mar de turistas se agolpa para capturar la instantánea perfecta. Con sus teléfonos en mano, muchos de ellos no dudan en invadir la calzada, buscando el ángulo más favorecedor. Sin embargo, esta búsqueda de la foto ideal tiene un coste significativo para los residentes de la zona, quienes ven alterada su vida cotidiana debido a la masiva afluencia de visitantes.
Desde hace más de una década, los habitantes locales han expresado su descontento ante las multitudes que obstruyen el paso de peatones y congestionan el tráfico en torno a este icónico monumento diseñado por Gaudí. En respuesta a estas quejas, las autoridades de Barcelona han presentado un plan para acomodar a los turistas en una zona específica, con el objetivo de reducir la congestión y mejorar la convivencia entre visitantes y residentes.
Una solución para la convivencia entre turistas y vecinos
El Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado la construcción de un área dedicada al ocio y la fotografía justo al lado de la Sagrada Familia. Este ‘anteroom’ ocupará 6,200 metros cuadrados y estará situado entre la fachada del Nacimiento de la basilica y la Plaça Gaudí, en la calle de la Marina. Este espacio se propone atender las necesidades de los turistas sin perjudicar a los residentes.
Recientemente, la Plaça Gaudí había sido objeto de un fenómeno viral en TikTok que llevó a los visitantes a equilibrar sus teléfonos en las escaleras del metro para mostrar la Sagrada Familia de fondo. Esta tendencia resultó en un caos considerable, provocando la congestión de las salidas de las estaciones, lo que llevó a su eventual prohibición.
El nuevo proyecto, según un comunicado del consistorio, «ayuda a resolver un espacio donde es difícil conciliar los usos entre los visitantes del templo y el vecindario». Se espera que la construcción de esta zona comience tras el verano y esté finalizada para abril de 2026, coincidiendo con el centenario de la muerte de Gaudí. La inversión de 2,7 millones de euros forma parte de un plan más amplio de 15,5 millones destinado a mejorar la infraestructura y la gestión de visitantes en torno al sitio sagrado.
La Sagrada Familia, que atrae a 4,7 millones de visitantes al año, es el segundo monumento más visitado de España, después de la Alhambra en Granada. En un contexto donde Barcelona recibe un total de 32 millones de turistas anualmente, el Ayuntamiento ha implementado diversas medidas para mitigar el problema del ‘overtourism’. En 2024, se lanzó un plan de 44 millones de euros para regular las multitudes en 16 puntos turísticos críticos, aumentando la presencia de limpiadores y agentes de policía para mantener el orden y la seguridad.
El pasado julio, la ciudad abandonó su eslogan de promoción turística de 15 años, ‘Visit Barcelona’, en favor de ‘This is Barcelona’, lo que marca un cambio de enfoque hacia un turismo más sostenible y menos invasivo. A largo plazo, Barcelona se ha comprometido a eliminar los alquileres de apartamentos a corto plazo para turistas para 2028 y a limitar el desembarco de cruceros.
El alcalde de la ciudad, Jaume Collboni, ha señalado que estas decisiones son una respuesta a la amenaza de que Barcelona se convierta en un «parque temático» desprovisto de residentes. «El turismo debe servir al modelo de la ciudad, y no al contrario», ha afirmado, dejando claro que la salud y bienestar de la comunidad local son prioritarios en la planificación del futuro turístico de la ciudad.