El legado del faraón Akhenatón en So’oud Aten
En la antigüedad, la historia de Egipto está marcada por decisiones drásticas de sus líderes, como lo demuestra el caso del faraón Akhenatón, quien, hace más de 3,300 años, ordenó el cierre de hogares y talleres en la ciudad de So’oud Aten. Su objetivo era erradicar el culto a múltiples deidades, imponiendo la adoración exclusiva de Aten, el dios solar. Según el egiptólogo Zawi Hawass, esta decisión obligó a los habitantes a abandonar rápidamente sus viviendas, dejando atrás una gran variedad de objetos que van desde joyas hasta utensilios de cocina, lo que ahora está siendo recuperado por arqueólogos en un sitio que ha sido apodado la «ciudad dorada perdida».
La rapidez del éxodo ha generado múltiples interrogantes sobre las razones de esta repentina evacuación. A pesar de los hallazgos significativos en este lugar, que fue descubierto hace tan solo cuatro años, muchos aspectos de la vida en So’oud Aten siguen siendo un misterio. Por ejemplo, se han encontrado alrededor de 500 estatuas de Sekhmet, la diosa de la sanación, así como un pez cubierto de oro, cuyo simbolismo aún no ha sido descifrado. Hawass destaca que este descubrimiento proporciona una visión valiosa sobre la vida cotidiana de los artesanos y trabajadores de la época, quienes gozaban de un nivel de vida notablemente alto, como lo evidencian las numerosas duchas encontradas en las casas.
La ubicación de So’oud Aten, cerca de monumentos históricos importantes como los Colosos de Memnón y el Templo de Medinet Habu, refuerza su relevancia en la historia de Egipto. Hawass ha informado recientemente sobre el hallazgo de edificios administrativos que podrían haber funcionado como una especie de comisaría o ayuntamiento, lo que sugiere una organización social avanzada. Este sitio, que alguna vez fue un bullicioso centro de actividad, ahora reposa en un desierto silencioso, donde los arqueólogos trabajan bajo un sol abrasador, desenterrando los vestigios de una época dorada en la historia egipcia.
