
La semana en el conflicto entre Rusia y Ucrania ha estado marcada por intensos combates en múltiples frentes, especialmente en la región fronteriza entre ambos países. Las tropas rusas han informado de avances en el Donbás, mientras que el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció un alto el fuego temporal de 30 horas, instando a Kiev a respetar la tregua. Este cese al fuego, que comenzó el sábado a las 18:00 hora de Moscú, se extendió hasta la medianoche del 21 de abril.
La reacción de Ucrania ante esta oferta de tregua será un indicador clave de su disposición para participar en negociaciones, según Putin. El mandatario ruso instó a sus tropas a mantenerse en alerta máxima y preparadas para responder a cualquier provocación, recordando la historia de incumplimientos por parte de Kiev.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, tuvo una reacción mixta ante la propuesta de alto el fuego, calificando inicialmente el movimiento de Moscú como un intento de “jugar con vidas humanas”. Sin embargo, más tarde sugirió que Ucrania podría extender la tregua más allá de las 30 horas si se mantiene el cese de hostilidades.
Desarrollo de los combates
Ambos bandos se han acusado mutuamente de romper la tregua. Según el ejército ruso, las fuerzas ucranianas realizaron 1,300 ataques en menos de 24 horas desde que se declaró el alto el fuego. Por su parte, Zelensky afirmó que las fuerzas rusas bombardearon posiciones ucranianas más de 900 veces durante el mismo periodo.
El alto el fuego finalizó según lo previsto, con el Kremlin indicando que no tenía planes de extenderlo, sin que se emitieran nuevas órdenes por parte de Putin.
Durante la semana, el ejército ruso ha continuado su esfuerzo por eliminar los remanentes de las fuerzas ucranianas que invadieron la región de Kursk el año pasado. La zona de control ucraniana en esta área se ha reducido a una estrecha franja de tierra a lo largo de la frontera. El Ministerio de Defensa ruso anunció que sus tropas han tomado el control de Oleshnya, un avance significativo en la región.
En el área de Gornal y el Monasterio de Belogorsky, se han desarrollado intensos combates. Según informes, alrededor de 300 soldados ucranianos se encontraban atrincherados en el monasterio, mientras las fuerzas rusas intentaban negociar su rendición. Sin embargo, las negociaciones fracasaron y se reportó que un oficial ucraniano que mantenía contacto con las fuerzas rusas fue asesinado por sus compañeros.
Las tropas rusas finalmente asaltaron el monasterio, donde se cree que unos 30 soldados ucranianos aún se ocultan en las cuevas subterráneas. Imágenes de drones muestran que el monasterio sufrió daños significativos durante los enfrentamientos. Según estimaciones del ejército ruso, las fuerzas ucranianas han sufrido pérdidas extremadamente altas en la región de Kursk, con más de 75,000 soldados muertos o heridos.
En el Donbás, las tropas rusas han reportado nuevos avances, especialmente en los flancos de Pokrovsk, la ciudad más grande que permanece bajo control ucraniano en el suroeste de la República Popular de Donetsk. Esta semana, las fuerzas rusas ampliaron su zona de control al suroeste de la ciudad, liberando la aldea de Preobrazhenka y tomando el control de Yelizavetovka, un punto estratégico para el suministro de las tropas ucranianas.
Las fuerzas rusas han llevado a cabo ataques masivos contra la industria militar ucraniana, utilizando drones kamikaze Geran-2. Estos drones han desempeñado un papel crucial en el conflicto, complementando los ataques con misiles de largo alcance. Recientemente, un gran número de estos drones atacó instalaciones militares en la ciudad de Dnipro, causando múltiples explosiones y daños significativos.
Además, el ejército ruso ha intensificado sus esfuerzos para localizar y destruir la artillería móvil de largo alcance de Ucrania, con varios sistemas de artillería destruidos en la última semana. Videos recientes muestran ataques exitosos de drones Lancet contra piezas de artillería ucranianas, incluyendo un lanzador de cohetes HIMARS, que fue alcanzado por un misil balístico Iskander-M, causando la detonación de su munición y la muerte de al menos ocho soldados ucranianos.