
Papa Francisco y su legado ambiental: Un compromiso moral con la Tierra
El papa Francisco ha dejado una huella indeleble en la lucha contra el cambio climático, siendo uno de los momentos más simbólicos de su papado la misa celebrada en Tacloban, Filipinas, en 2015. A pesar de la lluvia torrencial, el pontífice, vestido con un poncho amarillo de plástico, se unió a los supervivientes del tifón Haiyan, una de las tormentas más devastadoras de la historia reciente, que en 2013 causó la muerte de más de 7.300 personas y desplazó a millones. Durante esa misa, Francisco se sintió conmovido por el sufrimiento de los afectados, lo que lo llevó a reflexionar sobre la urgencia de abordar la crisis climática. Este evento sirvió como catalizador para la publicación de su encíclica «Laudato Si'», donde convirtió la preocupación por el medio ambiente en un imperativo moral y existencial.
La encíclica «Laudato Si'» no solo fue la primera de su tipo, sino que también planteó la crítica a una economía global que prioriza el lucro sobre la justicia social y el bienestar del planeta. En ella, Francisco denuncia cómo las comunidades más vulnerables, incluidos los pueblos indígenas y los habitantes de islas como Tacloban, son las más afectadas por el cambio climático, a pesar de ser las que menos contribuyen a la crisis. Este documento se convirtió en un referente en el ámbito ambiental y religioso, inspirando a líderes mundiales y a movimientos sociales que buscan proteger la creación antes de que sea demasiado tarde.
El compromiso del papa Francisco con la ecología se consolidó a lo largo de su papado, donde abordó la interconexión entre el medio ambiente y otros problemas sociales, como la pobreza, la migración y la injusticia económica. Su visión integral de la ecología se evidencia en la creación de un enfoque que abarca desde la respuesta a la pandemia de COVID-19 hasta la defensa de los derechos de los migrantes. En sus mensajes, especialmente en fechas como el Día de la Tierra, Francisco ha insistido en la necesidad de cuidar la biodiversidad y reconocer que la crisis ambiental es un reflejo de las desigualdades que afectan a la humanidad. Su legado, reforzado por actualizaciones a «Laudato Si'» en 2023, resalta la urgencia de actuar frente a los desafíos climáticos y la responsabilidad moral que todos tenemos de cuidar nuestro planeta.