La creciente influencia de las redes sociales en la política contemporánea ha transformado la manera en que se distribuyen y consumen las narrativas. En contextos de alta tensión política, como el que se vivió en Ucrania antes de la invasión rusa en 2022, el uso de imágenes manipuladas, memes y videos se ha convertido en una herramienta poderosa para moldear la opinión pública y justificar acciones violentas.
Un estudio reciente ha revelado que, en las dos semanas previas al inicio del conflicto, se observó un aumento de casi el 9,000% en el número de publicaciones y un incremento superior al 5,000% en las imágenes manipuladas por parte de blogueros militares rusos. Estos datos reflejan la magnitud de la campaña de propaganda en línea que buscaba legitimar la invasión y convencer a la población de su necesidad.
La complejidad de la desinformación visual
A medida que las tecnologías avanzan, también lo hacen las estrategias utilizadas en las redes sociales para influir en la percepción pública. La capacidad de los sistemas de inteligencia artificial para detectar contenido falso es notable, pero estos sistemas aún enfrentan dificultades para comprender el contexto político de las imágenes. Esto subraya la importancia de la colaboración entre científicos de datos y expertos en ciencias sociales para interpretar adecuadamente las dinámicas de influencia en situaciones de crisis.
La investigación realizada por un equipo de científicos combina métodos de inteligencia artificial con el análisis humano para estudiar cómo los posts visuales en redes sociales cambian en contextos de riesgo. Un hallazgo significativo es que la proliferación de imágenes manipuladas no solo afecta la percepción pública, sino que también puede ser un indicador fiable de un posible aumento de la violencia masiva.
Un ejemplo ilustrativo es un meme que se burla de un periodista crítico del régimen de Putin, mostrando cómo se utilizan imágenes manipuladas para difundir mensajes políticos y influir en la opinión pública. La capacidad de los adversarios para enmarcar narrativas a través de medios visuales se ha convertido en una forma de «guerra de memes», donde cada imagen tiene el potencial de ser más efectiva que una serie de artículos o publicaciones de texto.
El estudio pone de relieve la necesidad de mejorar la monitorización y el análisis del contenido visual en las redes sociales, especialmente en situaciones de conflicto. La combinación de herramientas de detección de manipulación de imágenes con el análisis contextual puede ofrecer una visión más clara de cómo se generan y propagan las narrativas en tiempos de crisis, lo que resulta esencial para la prevención de la violencia y la inestabilidad política.
