
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha desmentido que la reciente volatilidad en el mercado de bonos haya influido en su decisión de posponer la implementación de tarifas «recíprocas» contra sus socios comerciales. En una entrevista con la revista Time, Trump afirmó: «No estaba preocupado», en referencia a la tumultuosa situación financiera que siguió a su anuncio del 2 de abril, considerado como el «día de la liberación».
En este decreto, Trump impuso un arancel del 10% a todas las importaciones estadounidenses y presentó una lista de tarifas adicionales contra varias naciones, basadas en los déficits comerciales de Estados Unidos. Esta decisión generó temores sobre la inflación, una posible recesión y la interrupción de acuerdos comerciales de larga data.
Tras el anuncio, los mercados reaccionaron negativamente. Los rendimientos del Tesoro, que inicialmente cayeron, se dispararon rápidamente, alcanzando un aumento de medio punto porcentual en pocos días, uno de los movimientos más rápidos registrados, mientras los inversores se deshacían de acciones y del dólar estadounidense.
Finalmente, Trump decidió emitir una moratoria de 90 días sobre las tarifas recíprocas para permitir tiempo para negociaciones, aunque insistió en que esta medida no fue una respuesta a la agitación del mercado.
En la misma entrevista, Trump explicó que su decisión de retrasar la implementación de las tarifas no estuvo motivada por la inestabilidad del mercado. «Estoy haciendo esto hasta que lleguemos a los números que quiero», comentó, refiriéndose a sus conversaciones con varios países. «No quiero ni que vengan», añadió, reflejando una postura firme en su enfoque comercial.
Desde entonces, los rendimientos han disminuido, situándose el rendimiento a 10 años en aproximadamente 4.28%, un cuarto de punto porcentual más alto que su reciente mínimo. Trump, al hablar de la situación del mercado, mencionó que este estaba «teniendo los yips», una expresión que sugiere nerviosismo o indecisión.
El presidente también criticó la administración anterior, afirmando que «esto estaba funcionando como un espíritu libre», sugiriendo que la falta de control había llevado a una situación insostenible. En un contexto de negociaciones en curso sobre tarifas, Trump expresó que consideraría un «total triunfo» si Estados Unidos mantiene aranceles tan altos como el 50% en un año.