
En la madrugada del 2 de octubre de 2016, Kim Kardashian vivió una de las experiencias más aterradoras de su vida en París, durante la Semana de la Moda. Se encontraba en un lujoso apartamento, el Hôtel de Pourtalès, cuando fue asaltada por un grupo de hombres armados que entraron en su residencia. A las 2:30 AM, cinco individuos, todos mayores de 60 años y enmascarados, irrumpieron en su habitación, ataron a la estrella de la realidad con cintas y la llevaron al baño, donde la amenazaron mientras robaban millones de dólares en joyas. Entre los objetos sustraídos se encontraban un anillo de compromiso valorado en 4 millones de dólares y varias piezas de joyería de alta gama.
Ocho años después, el caso vuelve a estar en el centro de atención mediática. Este 28 de abril, diez personas, entre las que se encuentran nueve hombres y una mujer, se enfrentan a un juicio en París por los delitos de robo, secuestro y captura, tanto de Kardashian como del conserje del edificio. Los abogados de Kardashian han confirmado que ella testificará en persona ante el Tribunal de Apelación de París, con el juicio programado hasta el 23 de mayo.
La celebrity ha manifestado su respeto por el sistema de justicia francés, indicando que desea que el juicio se desarrolle de manera ordenada y conforme a la ley. En una emotiva aparición en el programa de David Letterman en 2020, recordó el terror que sintió en aquel momento, temiendo por su vida y por la seguridad de sus hijos.
Kardashian se encontraba en París sin su habitual equipo de seguridad, ya que su guardaespaldas había salido con sus hermanas. Al momento del asalto, había estado relajándose tras compartir en redes sociales imágenes de sus joyas. Los asaltantes, tras amenazar al conserje para que los guiaran a su habitación, lograron llevarse una cantidad significativa de joyas antes de escapar en bicicletas y a pie. Hasta la fecha, solo se ha recuperado una pieza, un crucifijo de diamantes en platino que se perdió durante la huida.
Los medios franceses han apodado a los sospechosos del robo como los «abuelos ladrones», debido a sus edades y sus extensos antecedentes criminales en robos a bancos. Entre los acusados se encuentra Aomar Aït Khedache, de 68 años, supuesto líder de la banda, cuyo ADN fue encontrado en la cinta adhesiva utilizada para amordazar a Kardashian. Otro implicado, Didier Dubreucq, de 69 años, niega su participación a pesar de que fue identificado por cámaras de seguridad y mantenía contactos telefónicos con otros coacusados. Yunice Abbas, de 71 años, admite haber estado presente pero sostiene que no amenazó a Kardashian, aunque se considera responsable de su rol en el delito.
El juicio, que se llevará a cabo con jurado, es un procedimiento reservado en Francia para los crímenes más graves. Si son condenados, los acusados de los delitos más graves podrían enfrentar penas que van desde diez años hasta cadena perpetua. Entre los otros acusados se encuentran facilitadores e informantes, incluido Gary Madar, hermano del conductor de Kardashian en París, quien es acusado de haber proporcionado información sobre sus movimientos.