
El Secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, ha afirmado recientemente que los inversores individuales mantienen su confianza en las políticas arancelarias del presidente Donald Trump, a pesar de la volatilidad que ha caracterizado los mercados en los últimos tiempos. Durante una rueda de prensa, Bessent destacó que, mientras los grandes inversores institucionales han mostrado señales de pánico, los inversores minoristas han optado por sostener sus posiciones en el mercado. Según sus palabras, «los inversores individuales han mantenido la calma, mientras que los institucionales han corrido hacia la salida».
Bessent, quien anteriormente se desempeñó como CEO de un fondo de cobertura, citó datos del Washington Post que revelan que, en los últimos 100 días, el 97% de los estadounidenses no ha realizado ninguna operación en los mercados financieros. Esta tendencia sugiere una notable resistencia de los pequeños inversores ante las fluctuaciones del mercado, un comportamiento que contrasta con el de los grandes fondos que, en su afán por protegerse, han incrementado sus apuestas bajistas.
A pesar de las afirmaciones de confianza por parte de Bessent, la realidad es que la implementación y posterior suspensión de los aranceles más altos en décadas ha desencadenado la mayor venta de acciones desde el inicio de la pandemia de Covid-19 en 2020. El índice S&P 500, uno de los principales indicadores de la salud económica estadounidense, experimentó una caída abrupta, alcanzando brevemente el mercado bajista antes de recuperar parte de sus pérdidas. Actualmente, este índice se encuentra aproximadamente un 10% por debajo de su máximo histórico registrado en febrero.
En medio de esta situación, los inversores minoristas han aprovechado la oportunidad para adquirir acciones a precios bajos, mientras que los fondos de cobertura se han mostrado reacios y han optado por estrategias defensivas. La creciente preocupación entre las instituciones sobre el impacto negativo de los aranceles en los consumidores y la posibilidad de una recesión ha llevado a algunos economistas a prever un verano complicado para la economía estadounidense. Torsten Slok, economista jefe de Apollo, ha advertido que las carencias comerciales podrían empezar a ser evidentes en los estantes de los comercios en el próximo mes.
Además, Ken Griffin, fundador y CEO de Citadel, ha expresado su inquietud acerca de cómo la guerra comercial emprendida por Trump podría afectar la reputación de la deuda del Tesoro de EE. UU., sugiriendo que podría menoscabar su atractivo en los mercados internacionales. Este escenario plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de una política económica que, aunque busca proteger los intereses nacionales, podría tener repercusiones en la confianza general en la economía estadounidense.