
Las Islas Canarias han registrado un aumento sin precedentes en el número de visitantes durante el año en curso, reflejando una tendencia que, aunque podría parecer positiva en términos económicos, plantea serias preocupaciones para la población local. Según cifras publicadas por el Instituto Canario de Estadística, en marzo de 2025, más de 1,55 millones de turistas extranjeros llegaron al archipiélago, superando en un 0,9% el récord del mismo mes del año anterior. En total, el primer trimestre del año acogió a 4,36 millones de turistas, lo que representa un incremento del 2,1% en comparación con el año anterior.
Este auge turístico ha sido recibido con descontento por parte de muchos residentes, quienes han organizado protestas contra el fenómeno del ‘overtourism’ y las precarias condiciones laborales en el sector de la hostelería. En este sentido, durante la Semana Santa, unos 80,000 trabajadores del sector en Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro se declararon en huelga en busca de mejores condiciones salariales. A pesar de estos esfuerzos, el flujo de visitantes continúa en aumento, lo que genera un conflicto entre las necesidades de la economía local y el bienestar de su población.
Implications of Overtourism and Government Response
El incremento en la llegada de turistas ha sobrecargado los servicios locales, incrementado los costos de vivienda y amenazado el entorno natural de las islas. En respuesta a estas preocupaciones, las autoridades de Tenerife han decidido implementar un impuesto ecológico a partir de 2026 para los no residentes que visiten el Parque Nacional del Teide. Este parque, reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ha sufrido un daño ambiental significativo debido a la saturación de visitantes, incluyendo problemas de contaminación y erosión.
Además, se prevé restringir el acceso de vehículos privados a este emblemático destino natural, optando por ofrecer autobuses eléctricos en su lugar. La recaudación del nuevo impuesto se destinará a financiar proyectos de conservación, una medida que, aunque tardía, podría ayudar a mitigar algunos de los efectos adversos del turismo masivo.
El debate sobre el equilibrio entre la economía turística y la calidad de vida de los canarios se intensifica a medida que se acerca la fecha de la próxima protesta organizada por el colectivo ‘Canarias Tiene Un Límite’, programada para el 18 de mayo. Este grupo busca llamar la atención de las instituciones gubernamentales sobre la necesidad de regular el número de visitantes y dar voz a los residentes que sienten que su hogar se ve amenazado por el turismo desmedido. La situación actual plantea una pregunta crucial: ¿hasta qué punto se puede sacrificar el bienestar de la comunidad en aras del beneficio económico?